El jurado popular declaró ayer a Faustino Sarroca culpable de asesinar a su mujer, Rosario Roche, en su domicilio del barrio zaragozano de Santa Isabel, y de intentarlo con su hijo discapacitado intelectual y otro de sus vástagos.

El veredicto no ofrecía muchas dudas al respecto, ya que el propio acusado admitió todos los hechos en su declaración, el lunes. Quedaba por saber si los nueve hombres justos reconocían que el hombre tenía las facultades mentales alteradas, y si valoraban que ha intentado resarcir el daño a sus hijos, al ingresar 30.000 de los 100.000 euros que le solicitan como indemnización.

Sobre el primer punto, el jurado consideró que, en efecto, tenía las facultades alteradas, como lo certificó el análisis forense, al incidir en que necesitó ingreso en un centro psiquiátrico tras el episodio, con síntomas compatibles con esquizofrenia y una fuerte depresión. En cuanto al dinero, lo consideraron un gesto, aunque la cantidad fuera moderada.

Ante esta valoración, y al valorar también que el hombre quiso matar, pero no hacer sufrir a sus familiares (lo que agravaría la pena, por ensañamiento), Fiscalía rebajó la petición de cárcel en diez años, dejándola en 48 (20 por el asesinato de su mujer, otros tantos por la tentativa de su hijo discapacitado y 8 por el segundo vástago), dos menos que la acusación particular, por parte de los hijos.

El Gobierno de Aragón, como acción popular, se adhirió a la petición del ministerio público, y la defensa, a cargo de la penalista Olga Oseira, propuso una condena de 38 años y nueve meses. Las peticiones incluyen órdenes de alejamiento posteriores, o prohibiciones de vivir donde residan sus hijos, pero dado que el acusado tiene 74 años, a efectos prácticos tampoco tendrán mucha aplicación. Fiscalía, en cualquier caso, pidió que no salga de la cárcel mientras la sentencia sea firme, ya que la prisión provisional terminaría el 8 de mayo.

Así pues, el jurado consideró probado de Sarroca, el el 8 de mayo del 2016, mientras su mujer y su hijo discapacitado descansaban, les golpeó sorpresivamente en la cabeza con una maceta (martillo de albañil), causando la muerte de la mujer y lesiones al hijo. Luego llamó a otro hijo, le lanzó lejía para cegarle en cuanto llegó a casa y le golpeó igualmente en la cabeza, si bien su vida no corrió peligro.

El jurado no se mostró partidario de que al hombre se le conceda el indulto.