Un matrimonio zaragozano acusó ayer a su vecino de una urbanización en Alférez Rojas de abusar sexualmente de su hijo de 3 años. El acusado, Ángel M. G., de 50 años, lo rechazó ante los magistrados de la Audiencia Provincial de Zaragoza, llegando a "jurar por sus muertos" que él no tocó el pene del menor.

Visiblemente nervioso por la situación, el procesado recalcó que "sigue sorprendido" por la denuncia que interpusieron Alberto y Natalia, ya que tenía "una buena relación con ambos". De hecho, recalcó que les hacía recados porque por su trabajo al frente de un bar no podían hacer según qué tareas.

AL CUIDADO

Entre ellos estaba el cuidado del niño que, supuestamente, abusó, al que recogía del colegio cuando sus padres se lo pedían. "Yo me ofrecí, pero también les dije que me dieran una autorización para los profesores", aseveró Ángel M. G.

El enjuiciado también quiso dejar claro que jamás se quedó solo con el niño, ni en su domicilio ni en el de sus padres, salvo cuando le acompañaba al parque a que jugara o cuando lo recogía del centro escolar. Apuntó que todo es una "fantasía" del pequeño.

El padre del niño, por su parte, no dudó en señalarle y culpabilizarle porque cree que lo que su hijo dice es verdad. "Me llamó mi mujer alarmada por lo que estaba oyendo de nuestro hijo y cuando llegué a casa me lo volvió a repetir, que Angelito le había tocado la colita", espetó ante las preguntas de la Fiscalía.

Ante lo que estaba escuchando, un 7 de julio del 2013, decidió llamar a la Policía e interponer una denuncia. Asimismo, se lo contó a otro vecino que le preguntó al acusado si era verdad y éste se lo negó.

Por la sala de vistas desfilaron una gran cantidad de vecinos del inmueble. Todos coincidieron en que en los 50 años de convivencia con Ángel M. G. "nunca hubo problema". Es más, varios recalcaron que había tenido trato con sus hijos y nietos y "siempre su actitud ha sido cariñosa y respetuosa". "Desde esta acusación ya no se acerca a los niños por miedo", dijo una de las testigos.

La psicóloga forense apuntó que el menor, aunque decía que le habían tocado el pene, "no iba más allá ni presentaba trauma". Por todo ello, la Fiscalía pidió cuatro años y medio de cárcel. El caso está visto para sentencia.