Los peligros a los que se enfrentan los menores evolucionan con los tiempos. Si hace años un padre advertía a su hijo con no coger un caramelo a la puerta del colegio, ahora el peligro está en el uso de las redes sociales y los videojuegos. Una advertencia manida, pero no por ello incierta, tal y como ayer pudo comprobarse en un juicio en la Audiencia de Zaragoza contra el administrador del servidor de un popular videojuego gratuito por, supuestamente, corromper a tres niños que eran usuarios del mismo. El encausado, vecino de Lugo, Brais V. V, se enfrenta a 7 años de cárcel.

Los tres menores zaragozanos, todos ellos de 10 años reconocieron que hace un año jugaban habitualmente partidas o desde el móvil o en los ordenadores que tenían en sus habitaciones. Una descarga que no tenía coste alguno, salvo si el usuario de turno quería aumentar su nivel de experiencia y conseguir beneficios para ganar las partidas.

Uno de ellos admitió que hubo una ocasión que pagó vía Pay Pal para conseguir esta mejora. Sin embargo un día una persona se puso en contacto con él y le ofreció lo mismo pero no a cambio de dinero, sino de fotografías de desnudos suyos. Este menor, inocentemente, lo hizo, pero la corrupción fue a más y la persona que estaba detrás le pidió que se masturbara. Accedió hasta que un día fue sorprendido por su madre que puso la denuncia ante la Unidad de Familia y Mujer (UFAM) de la Policía Nacional.

«Nunca le vi la cara y su voz estaba distorsionada, solo sé que nos dijo que se llamaba David y que su nombre de usuario era Brais_md o craftneowner», señaló otro de los menores que fueron víctima.

Los tres niños coincidieron en advertir que el primer contacto fue a través del ordenador, pero que luego hablaron por Skype y también por Whatsapp. De hecho, que diera su móvil para estas conversaciones fue lo que permitió a los investigadores de la Policía Nacional el dar con el sospechoso, Brais V. V., ya que ese mismo número de teléfono aparecía en diligencias policiales de cuando el encausado fue detenido, siendo menor, por compartir fotografías eróticas de niños en las conocidas como Peer to Peer o P2P que son programas de intercambio de archivos.

Ese número de móvil es la única prueba contra Brais V. V., ya que los agentes no pudieron dar con la dirección del ordenador desde el que se hicieron estos contactos debido a que la información de las IP quedaron caducadas en el transcurso de la investigación.

De hecho, el procesado empleó esta circunstancia para defenderse. Señaló que él era uno más de los 63 administradores que estaban al frente del servidor del videojuego y que cualquiera de ellos podría ser el responsable de estos contactos. «Yo no les podía controlar», aseguró ante los magistrados. Asimismo, afirmó que los nombres de usuarios que los investigadores le atribuyen no son suyos.

Brais V. V. también aseveró que el teléfono móvil suyo era público para todos los usuarios, a la vez que afirmó que era el único dueño del mismo.

Por esta acusación, la Fiscalía pidió que sea condenado a 7 años de prisión y otros diez de libertad vigilada por un delito de corrupción de menores porque considera que «elaboró material pornográfico con ello». Su abogado defensor, José Pirosceia, solitió la libre absolución por falta de pruebas, si bien presentó como alternativa la comisión de un delito de abusos sexuales de menores de 16 años, castigado en el Código Penal con entre seis meses y dos años de prisión.

Sobre Brais V. V., de 21 años actualmente, no concurre la agravante de reincidencia puesto que en la anterior circunstancia por la que fue detenido era menor de edad.