Un juzgado de Huesca ha abierto una investigación para intentar aclarar el caso de una mujer de 62 años, Teresa Carrasquer, que alega que un año después de nacer en la casa maternal de la ciudad fue dada en adopción por las monjas a una familia asegurando que era huérfana.

Según el abogado Enrique Vila, especializado en este tipo de casos, las religiosas hicieron creer a la madre biológica que su hija se había caído por las escaleras y había muerto. La progenitora fallecería tiempo después sin saber la historia real.

Teresa Carrasquer, que en la actualidad tiene 62 años, ha indagado en busca de su pasado y ha llegado a encontrar a su familia biólogica, la cual la creía muerta, pues habían oído la versión que difundían las monjas.

El abogado Vila sostiene que se trata de un asunto complejo. Por un lado, apunta, las religiosas mintieron, supuestamente, a la madre biológica, y, por otro, también a la de adopción.

Ahora, la apertura de diligencias en un juzgado de la capital oscense abre la posibilidad de aclarar lo sucedido, pero va a ser difícil, al igual que ha ocurrido en toda España.

El asunto de los niños robados salió en los medios de comunicación en el año 2011, cuando un grupo de perjudicados se unió para dar a conocer su situación a la opinión pública.

Los robos de niños se sucedieron en los hospitales españoles entre los años 40 y 90 del pasado siglo. Debido al mucho tiempo transcurrido, la mayoría de las veces las diligencias terminan archivadas ante la imposibilidad de continuar la investigación, por lo general debido al fallecimiento de los supuestos responsables de estos delitos. En otras ocasiones, las monjas hacían de intermediarias entre las familias adoptantes y las madres biológicas sin recursos.