El clan de los Zapato Veloz protagonizó decenas de titulares en relación con el saqueo económico que se le imputó al cura de Borja, Florencio Garcés, ante la extorsión que sufría por unos abusos sexuales. Una investigación que se archivó tras no ejercitarse acusación alguna contra el religioso ni contra los cinco integrantes de esta familia que fueron detenidos en la operación de la Guardia Civil. Ayer, cuatro miembros de la familia Carbonell -Alfredo Francisco, Jonatan, Ángel y David- tuvieron que sentarse en el banquillo del Juzgado de lo Penal número 5 de Zaragoza por una agresión que mantuvieron con los clientes de un bar.

Para evitar una pena de dos años y dos meses de prisión que solicitaba la Fiscalía y la acusación, ejercida por Ana Calvera, los procesados admitieron los hechos, así como el pago de las indemnizaciones a las víctimas, 720 euros. Ante ello, se les rebajó la pena a un año y medio de cárcel, además de la obligación de cumplir una prohibición de aproximación con respecto de los dos agredidos de dos años y medio.

Los hechos que finalmente reconocieron tuvieron lugar sobre las 03.00 horas en el interior de un bar en la localidad zaragozana de Pedrola. En dicho establecimiento estaban las víctimas celebrando la victora de un partido de fútbol sala. Allí coincidieron con los enjuiciados a los que reprocharon su actitud con un niño. Entonces, Alfredo Francisco Carbonell se acercó a la mesa de dos hombres y les increpó, al tiempo que afirmó: «entra en el baño si tienes huevos, cobarde». Ante ello decidieron marcharse, aunque hubo otro encontronazo posterior.

Ya en la calle, Alfredo Francisco, provisto de un palo y de un gato hidráulico, y acompañado de sus familiares que iban armados hasta con puños americanos, forcejeó con los dos hombres a los que agredieron y provocaron diferentes heridas sangrantes en la cabeza, así como contusiones en la espalda y en las extremidades.