La Audiencia Provincial de Zaragoza juzgó ayer a dos personas, Juan Carlos R. F. y Almudena S. N., por robar en el centro para personas sin hogar San Blas de la capital aragonesa en julio del 2016. Entraron, supuestamente, tras escalar la fachada y romper el cristal de una ventana para acceder al interior de una habitación. Supuestamente consiguieron apoderarse de varios ordenadores portátiles y un teléfono móvil que fue clave para localizarles y arrestarles.

Los dos procesados negaron ante los magistrados de la Sección Primera los hechos que les acusan, si bien Almudena S. N. señaló a su compañero de banquillo como el autor de la sustracción. Ella, defendida por Alexis Guajardo, aseguró que compró el móvil por 15 euros y que desconocía su origen.

A lo largo de su declaración insistió en que «si hubiera sabido que era algo robado no se le hubiera ocurrido llamar a la Policía Local cuando otro hombre intentó quitárselo, asegurando que era suyo». Ante ello el abogado del otro encausado, Emiliano Borges, le preguntó por qué había cambiado su versión, ya que en el juzgado afirmó que había sido «un regalo de un tal Alberto». Ella dijo no recordar aquella manifestación.

Por su parte, Juan Carlos R. F., que tiene numerosos antecedentes penales por robos con fuerza, se limitó a negar que fuera él la persona que accedió al centro de día y dejo caer a una posible venganza cuando apuntó a que en el momento de los hechos «estaba con esa mujer».

Los investigadores del Cuerpo Nacional de Policía que arrestaron a ambos señalaron que en las grabaciones de las cámaras de seguridad «se observa a un hombre y una mujer cuyas características físicas son muy similares a las de ellos». A este indicio añadieron que existe la cuestión de la denuncia que realizó la propia encausada por la cuestión del móvil. Dos circunstancias que relacionan «y demuestran su autoría». La mujer se enfrenta a 3 años de prisión, mientras que el hombre a 6.