Horas después de cerrar el acuerdo con el Gobierno de Aragón, la clínica Aisa realizó ya las primeras interrupciones de embarazo, tomando, así, el relevo de los centros privados del Actur y Almozara, encargados hasta ahora de esas intervenciones pero que la semana pasada rompieron el acuerdo con la DGA como protesta por los 800.000 euros que les adeuda la Administración.

Aunque la propia clínica rehuyó pronunciarse al respecto desde que comenzaron las negociaciones con el Departamento de Sanidad, el acuerdo propició que, al fin, las mujeres que se encontraban al límite de las 14 semanas --periodo de gestación legal para abortar-- pudieran ya, en algunos casos, someterse a la intervención ayer mismo.

De hecho, el centro privado prácticó seis operaciones y para hoy está programada una cantidad similar y el resto de la semana se destinará a completar las actuaciones que requerían de mayor celeridad. En concreto, y según ha podido saber este periódico, casi 40 mujeres se encontraban en lista de espera para ser intervenidas. En algunos casos, el estado de la gestación exigía una solución rápida que acabara con la incertidumbre de algunas mujeres que, según los propios centros sanitarios, se encontraban "desesperadas".

Desde la DGA se da por solucionado el problema "en tiempo récord" después de haber alcanzado un acuerdo con una clínica pamplonesa para derivar allí casos y anunciar actuaciones en el Miguel Servet y el Clínico, aunque los centros públicos aseguran no haber realizado todavía ninguna intervención.