Se acabaron las subvenciones a dedo. La norma que está preparando el Gobierno de Aragón para regular las ayudas que concede, establecerá como máxima una regulación a través de la libre concurrencia. Es decir las entidades que quieran recibir dinero de la Administración autonómica, de cualquier naturaleza, deberán presentarse a concursos abiertos, que serán previamente publicitados.

Las subvenciones directas desaparecerán una vez la ley reciba el visto bueno en las Cortes. Ni la presidenta del Gobierno ni los consejeros tendrán la potestad para asignar ayudas sin pasar previamente por concursos públicos. Hasta ahora, por ejemplo, tanto el jefe del Ejecutivo, como el vicepresidente tenían partidas específicas para destinarlas a las asociaciones y entidades que estimasen oportunas. Sin dar explicaciones a nadie. La nueva norma pondrá freno a este tipo de prácticas.

La Ley de Subvenciones, cuyo segundo borrador ha sido ya aprobado por el Departamento de Hacienda, establecerá nuevos controles en las ayudas que se conceden a las entidades locales tales como ayuntamientos o comarcas. Entre los requisitos para percibir el dinero figurará la presentación de planes económico-financieros, en aquellos casos en los que las cuentas no estén saneadas o acumulen deuda con proveedores.

Hacienda quiere evitar que las ayudas que concede se destinen a tapar agujeros o a fines indeterminados. Los beneficiarios de las subvenciones tendrán que especificar claramente en qué se invierte el dinero y con qué objetivo. Posteriormente se deberá justificar ante el Gobierno de Aragón para acreditar que los fondos se han dedicado al objeto propuesto en la concurrencia inicial. Una de las máximas del Departamento es la de la transparencia. Cualquier ciudadano podrá acceder a la web de la DGA y ver las líneas de ayudas habilitadas.