Ehsan Ullah Khan (Pakistán, 1947) es una referencia mundial en lo que se refiere a la lucha contra la esclavitud, especialmente la infantil. Desde 1967, cuando fundó el Frente de los Trabajadores de las Fábricas de Ladrillos, pelea contra esta lacra que, según observa, «es más fuerte» y «más cruel» que en tiempos pasados. En ese sentido, explica que hoy en día se controla a los esclavos por internet, que es un fenómeno mundial y que está controlado «por empresas transnacionales, que son expertas en este tipo de comercio».

Ehsan Ullah lidera desde los años 80 el Frente de Liberación del Trabajo Forzado Global y en su camino ha sacado a miles de personas de la esclavitud. El activista visitó ayer la capital aragonesa para participar en una conferencia organizada por el Círculo de Silencio de Zaragoza, en la que abordó este tema y desglosó su trabajo en este campo durante más de medio siglo. Recuerda que las principales víctimas de la esclavitud hoy en día «son los niños y las mujeres» y pone ejemplos como las minas de coltán o diamantes que hay en países africanos: «Los niños que excavan no tienen siquiera acceso a la educación, a la comida o a la libertad, ni siquiera existen», describe.

Cuando habla de su trayectoria en favor de personas esclavizadas, recuerda que, además de liberar a miles de ellas, abrió 250 escuelas que educaron a 11.000 niños. «Sin la educación, no podremos parar la esclavitud», destaca Ehsan Ullah, quien relata que «cuando los niños tienen una escuela y acuden a ella, entonces pueden tener un trabajo y no podrán cerrarles en la esclavitud». En ese sentido, reivindica con claridad: «Nosotros tendríamos que producir más lápices en vez de balas».

Su camino vital tampoco ha estado libre del dolor y de la persecución. Actualmente reside en Suecia, perseguido por las mafias textiles. Y recuerda a Iqbal Masih, un niño que liberó de la esclavitud de una factoría de alfombras y que acogió en su casa y educó. Masih fue asesinado a los 12 años el 16 de abril de 1995. Por ello, recuerda que en esa fecha se celebra el Día Mundial contra la Esclavitud Infantil y rememora el mensaje que lanzó el pequeño en un viaje que realizaron a Estados Unidos: «Los niños deberían tener un lápiz y no herramientas».

Interrogado sobre si en Occidente se es consciente del alcance del problema, responde claro: «No podemos decir que no tengamos conciencia de ello, es un secreto a voces y toda la información está disponible para cualquiera que tenga teléfono y conexión a internet». Así, añade que se puede conocer que hay esclavitud y su relación con grandes corporaciones «como Apple o Inditex». «La esclavitud es un desastre para el mundo y el mayor reto para lograr la paz», destaca.

Precisamente, considera que «es la obligación de todo aquel que cree en la justicia» participar en esta causa: «Deberíamos alzar nuestras voces», recalca. Sobre su trayectoria, reflexiona: «Ha merecido la pena mi lucha porque no puede ser escondida, es como la luz del sol», y añade: «He perdido todo; mi familia, mis colegios, mi país, mi organización… en realidad como persona yo no tengo nada, solamente soy una persona, pero soy mucho más que antes porque sentí que este era mi deber, que la esclavitud debía ser detenida y los niños debían ser liberados».

Sobre el estado actual de la batalla, observa que «hace 50 años no había nadie en el mundo dispuesto a reconocer que la esclavitud existía». En contraste, «hoy en día hay muchas campañas y los medios de comunicación están mucho más interesados que antes en resaltar estos temas», concluye.