Las chinches se están convirtiendo en un problema en la ciudad de Zaragoza al aumentar su presencia exponencialmente. "Si hace cuatro años teníamos dos o tres incidencias anuales, a día de hoy recibimos llamadas cada dos días", contesta Raúl Codonal, experto en control de plagas y gerente de la empresa Plaga Stop. Si inicialmente, estos insectos estaban ligados con la inmigración y localizados en determinadas zonas, en la actualidad están muy extendidos.

No solo están presentes en casas particulares, sino que también se han detectado en algunos hoteles, butacas y asientos de edificios y transporte de uso público, afirman los profesionales que tratan este tipo de plagas. Porque su presencia no es sinónimo de limpieza.

MUY RESISTENTES Una de las causas de esta expansión es su fácil propagación, mientras que el tratamiento para su eliminación no lo es, ya que se ha vuelto resistente a los insecticidas, de ahí su permanencia. Por ello la clave está en la concienciación y en la rapidez de actuación. "Una vez descubiertas, hay que pedir ayuda puesto que puede pasar velozmente a la casa del vecino", añade Codonal.

Y entre las recomendaciones, se recuerda, por ejemplo, los problemas que pueden acarrear recoger determinados muebles abandonados en las aceras y trasladarlos a casa. Sobre todo si se trata de colchones, cabeceros de cama o sofás.

Ahora bien, la plaga de chinches no se circunscribe exclusivamente a la capital aragonesa, ni siquiera a las ciudades españolas, sino que, quizás por el cambio climático y la subida de las temperaturas, estos molestos insectos campan a sus anchas por todo el planeta.

Las chinches son muy incómodas porque se alimentan de sangre humana, generalmente durante la noche. Y aunque hasta ahora se creía que no transmitían enfermedades, Raúl Codonal matiza que existen estudios que comienzan a relacionarlas con vectores infecciosos. En cuanto a los lugares con mayor presencia de estos insectos, la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas advierte que en España, y por este orden, las chinches habitan en viviendas, unifamiliares, hoteles, medios de transporte y cines y teatros de todo el país. Lo que las ha convertido en un verdadero problema a tener en cuenta.