"Lo que más ha afectado al sector de la hostelería ha sido la ley antitabaco", afirma el presidente de la Asociación de Cafés y Bares de Zaragoza, Pedro Jiménez. "La gente sale a fumar dos veces, pero a la tercera se van del bar y dejan de consumir. Nos afectó más de lo que la gente pueda pensar y todavía sufrimos sus consecuencias". Según Pedro Jiménez, los daños económicos en el sector fueron instantáneos: "se aprobó y entró en vigor en el invierno del 2006. Nadie tenía nada preparado y se obligó a los fumadores a pasar frío. Fue una chapuza tremenda". La mayor parte de los hosteleros consideran que la gente se ha adaptado ya a la ley, "pero esto no quita para que todavía se sientan sus efectos", afirma Rocía Luque, propietaria del restaurante Dovela. Manuel Azcona, dueño del Café Botánico, considera que la ley afecta sobre todo a la noche. "Creo que deberían diferenciarse dos horarios: el nocturno y el diurno. De esta forma, podrían evitarse los ruidos que genera el salir al fumar a altas horas de la madrugada".