La simulación de una misión tripulada a Marte, realizada en Los Monegros desde el 4 al 7 de abril, ha permitido poner a prueba con "éxito" parte de la tecnología necesaria para emprender un viaje tan "complejo", además de suponer un pequeño paso más para la creación de una sociedad interplanetaria.

Éstas son algunas de las conclusiones de la Mars Spanish Mission 0, la primera simulación de un viaje tripulado a Marte que se realiza en España y que hoy han sido presentadas en rueda de prensa en Zaragoza por algunos de sus "simonautas" participantes.

Se trata de un ensayo preliminar, al que se realizará el año que viene en el desierto de Utah (Estados Unidos), promovido por el Laboratorio para Experimentación en Espacio y Microgravedad (LEEM) y The Mars Society España (TMSE), la delegación nacional de esta sociedad, fundada en 1998 por científicos e ingenieros de la NASA.

"Nuestro objetivo es avanzar en este tipo de misiones, porque el viaje a Marte es algo muy complejo, a parte de caro, y necesita la implicación de todos los países", ha explicado el coordinador y director de la misión, Juan Antonio Fernández.

Aunque los resultados oficiales no se dispondrán hasta después de verano, este ensayo preliminar al que se llevará a cabo en Utah (MSM1) en 2014 hace cada vez más factible el primer viaje tripulado a Marte.

"La idea de ir a Marte no es como ir a la Luna es ir y quedarse y convertirnos en una civilización interplanetaria. No sólo quedarnos en la Tierra que, a fin de cuentas, tiene fecha de caducidad", ha precisado Fernández.

Para ello, es totalmente "necesaria" la colaboración entre los distintos países y que las diferentes presidencias de Estados Unidos, el "principal interesado en el proyecto", vayan en la misma dirección, ya que hasta ahora han ido "montando y desmontando" los diferentes programas, sin una "visión a corto plazo", ha señalado.

"Estaba previsto 2020- 2030, pero a día de hoy no hay un programa establecido real y con consistencia para dar una fecha definitiva. Realmente si se hiciera bien y hubiera una voluntad política en 15 o 20 años podríamos llegar a Marte", ha manifestado.

Sin embargo, para Cayetano Santa Ana, administrador de Mars Spanish Mission, ésa primera misión se podría realizar ya, si se tuviera el apoyo económico suficiente, ya que actualmente existe la tecnología necesaria para llevarlo a cabo.

Alguno de estos equipamientos tecnológicos se han probado durante cuatro días en la sierra de Jubierre, un paraje situado en el término municipal de Castejón de Monegros y elegido por su parecido con el desierto de Utah.

Con el convencimiento de que se encontraban en una misión en Marte, un grupo de simonautas, apoyados por el trabajo de profesionales y universitarios, han realizado pruebas preliminares sobre la organización, la logística, el despliegue de recursos o la comunicación en el planeta rojo.

Por ejemplo, una de la tecnología que se ha puesto a prueba es el robot "dCHisME" -Device Capable of Helping in Mars Exploration- , que permite al astronauta concentrar todos sus esfuerzos en su trabajo, ocupándose él mismo de las actividades secundarias, como cargar con las herramientas o recoger muestras del terreno.

Otro de estos programas es el CeRPEATS - "Cerebral self-Regulation for Permonance Enhancement of Astronaut Tasks in Space- , cuyo objetivo es aumentar el rendimiento de los astronautas en una misión de larga duración, donde se dan situaciones de mucho estrés.

Esto permite, ha añadido, seleccionar a la tripulación más adecuada para llevar a cabo esta misión y predecir el comportamiento psicosocial de los astronautas, no sólo en el viaje de ida y vuelta, sino también sobre la superficie marciana, ha destacado el aragonés Jonatan Peris, estudiante de la Universidad de Zaragoza, que ha participado en el experimento.

Sin embargo, los avances tecnológicos que surgen de la exploración espacial no sólo facilitan el viaje a Marte, sino que repercuten también en el desarrollo de equipamientos que mejoran la calidad de vida en la Tierra.

De hecho, según ha recordado Fernández, coordinador de la misión, un software, diseñado inicialmente para localizar galaxias muy lejanas, imposibles de ver con los telescopios espaciales del momento, fue comprado y patentado por una empresa norteamericana para la detección del cáncer de mama en sus primeras etapas.