Tres personas --un hombre y una mujer, ambos trabajadores de la limpieza en centros sanitarios, y la hija de otra empleada-- fueron detenidas ayer en Zaragoza por la Policía, que imputó a los arrestados los delitos de atentado a la autoridad, resistencia, desobediencia y alteración del orden público. Los hechos ocurrieron durante la concentración que el colectivo celebró a las puertas de la sede del Departamento de Sanidad, al que vienen reclamando su intervención para poner fin a la huelga que el sector comenzó hace ya un mes.

Según fuentes policiales, los implicados fueron detenidos en la consejería antes de pasar a dependencias policiales y una de las mujeres precisó de asistencia sanitaria por un "ataque de ansiedad". Todos ellos habrían intentado, junto a varios más, acceder a la consejería aunque fueron desalojados por la fuerza pública. Tres efectivos policiales también requirieron de asistencia sanitaria como consecuencia de arañazos y contusiones recibidos por los arrestados. "Han desalojado por la fuerza y, como consecuencia de esa acción, una trabajadora ha tenido que ser atendida con lesiones", apuntaron fuentes sindicales.

150 MANIFESTANTES

Alrededor de 150 manifestantes trataron de acceder al interior de la sede de Sanidad "con la intención, según los sindicatos, de solicitar un encuentro con el consejero" --que en ese momento no se encontraba en el edificio-- pero los miembros de la Policía presentes en la concentración formaron a modo de barrera en la segunda puerta corredera que da acceso al edificio. El forcejeo entre agentes y trabajadores de la limpieza provocó situaciones tensas que provocaron lesiones y las detenciones --los tres arrestados fueron puestos en libertad en la tarde de ayer--. "La Policía debería haber tenido más cuidado", advirtieron desde un sindicato.

Precisamente, sindicatos y empresas han sido citados esta mañana, a las 9.30 horas, por el Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje (SAMA) en un nuevo intento por acercar posturas y buscar un desenlace definitivo a la huelga. Sin embargo, los sindicatos no se muestran excesivamente optimistas en este sentido. Por su parte, el consejero de Sanidad, Ricardo Oliván, volvió a pedir ayer a los representantes de los trabajadores de la limpieza de los centros del Salud y las empresas adjudicatarias del servicio que acudan a la reunión en el SAMA "con voluntad de acercamiento y acuerdo".

A su juicio, "hay espacios más que suficientes para que se sienten a negociar con voluntad de acuerdos y hay puntos de conexión para que los acuerdos sean factibles" porque "una cosa es lo que se dice públicamente y otra lo que se escenifica, que no tiene que ver nada con la realidad". En este sentido, Oliván aseguró conocer sus "posturas reales", que "están mucho más próximas de lo que aparenta" y subrayó que la función del Ejecutivo en esta huelga es "de vigilancia y supervisión" pero "no de intervención" con "lealtad hacia las dos partes".

En este sentido, CCOO criticó la actuación de la consejería en el conflicto. "Se ha mostrado indiferente ante las justas demandas de los trabajadores" y recordó que "las personas trabajadoras de este sector no reclaman una subida salarial, sino mantener sus condiciones laborales, aunque, lejos de escuchar sus demandas, la patronal del sector está esperando a que la ultractividad del convenio decaiga, gracias a la reforma laboral, y poder precarizar aún más las condiciones laborales de las y los trabajadores". CCOO subrayó, además, que los empleados de limpieza "están siendo un ejemplo en la defensa de la clase trabajadora".