Un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Zaragoza demuestra que la reacción de la población ante una epidemia puede aumentar su propagación. Científicos del Instituto de Biocomputación y Física de Sistemas Complejos (BIFI) de la Universidad de Zaragoza, de la Universidad Rovira i Virgili de Tarragona y de la Universidad de Indiana, en Bloomington (USA), ha desarrollado un modelo computacional que esclarece cómo la propagación e incidencia de una epidemia se ve afectada por la respuesta en el comportamiento de la población ante la enfermedad.

Los científicos han incorporado varios escenarios de cambios de conducta en los patrones de movilidad de la población durante el transcurso de una epidemia y los resultados de la investigación, coordinada por el doctor del BIFI Yamir Moreno, han sido publicados en Scientific Reports, la nueva revista de acceso libre de Nature.

Según la institución académica, las conclusiones de este estudio podrían tener profundas implicaciones para la toma de decisiones en situaciones en las que emerge una pandemia como la de la gripe A (H1N1) el pasado 2010. Así, cuando los patrones de movilidad cambian y la población decide evitar los lugares con altos niveles de incidencia de la enfermedad, es posible que aumente la propagación de la misma y que se dificulte su contención o mitigación.

Hasta ahora se conocía poco sobre los efectos que puede tener el comportamiento humano en la propagación de estas enfermedades una vez que la población tiene conocimiento del avance de la epidemia, debido a las dificultades de cuantificar los cambios.