La sanidad pública no se toca. Es el mensaje unitario que lanzaron ayer varios miles de personas en las calles de Zaragoza --2.000 según la Policía Nacional frente a los 10.000 estimados por los organizadores-- en la manifestación desarrollada contra los recortes de este servicio básico. Convocados por la Plataforma contra la privatización de la sanidad de Aragón, que aglutina a diversos colectivos sociales, profesionales del sector y usuarios, la marea ciudadana rechazó que se cuestione y desmantele el actual modelo público de gestión, que consideran "sostenible", algo que dicen que está ocurriendo por los "espurios" intereses de las grandes corporaciones empresariales.

En medio de un importante despliegue policial, la marcha transcurrió sin incidentes y azotada por el fuerte viento. Partió a las 12.00 horas desde la plaza de San Miguel y atravesó las calles Coso y Don Jaime hasta desembocar en la plaza del Pilar. Allí, en la explanada situada en frente de la sede de la Delegación del Gobierno en Aragón, se dió lectura de un comunicado final.

"En cuestión de meses hemos comprobado cómo un Estado, al que denominan de bienestar, se va desmoronando", según el manifiesto leído al término de la manifestación por Natalia Barrado, en representación de la plataforma convocante, que atribuyó a una estrategia "astutamente programada" el desprestigio y la regresión que sufre la gestión pública de los servicios básicos. "El sistema sanitario público supone un objetivo de negocio privado con unas perspectivas de ganancia muy elevadas", advirtió.

Los defensores de la sanidad aragonesa señalaron a los ejemplos de Madrid, Cataluña y Valencia como un "espejo" de lo que se le avecina a la comunidad, donde los recortes y privatizaciones han comenzado --dicen-- pero de forma más tímida que en las anteriores. "La táctica del Gobierno de Aragón mantiene un cierto tono moderado, expectante, asestando pequeños mordiscos, pero constantes y sin soltar la presa", relata el manifiesto de la protesta.

Como "evidencia" de la pretensión del Ejecutivo de Luisa Fernanda Rudi (PP) de "transformar un derecho básico en un negocio", Antonio Vázquez, miembro de la plataforma y trabajador del hospital Clínico, señaló el reciente concurso de licitación del nuevo hospital de Alcañiz, que se pretende impulsar con financiación público-privada. "La finalidad del Gobierno de Aragón es la misma que la de Cataluña, Valencia y Madrid, pero con una velocidad más lenta", agregó.

MÁS RECORTES "Estamos ante la ofensiva más importante para terminar con la sanidad pública y pasarla a manos privadas, como ocurre a nivel europeo", afirmó la médica Carmen Sánchez, presidente de la Asociación para la Defensa de la Sanidad Pública de Aragón, formada principalmente trabajadores del sector. "Es incierto que sea inviable y costosa, la sanidad española es barata y de mucha calidad", recalcó. Sánchez señaló que los recortes que viene aplicando el Salud se notan ya en la no renovación de las bajas y las jubilaciones del personal sanitario, pero "esto es solo el principio de lo que va a venir", alertó.

La protesta fue respaldada por CHA e IU Aragón, que estuvieron representados por sus principales dirigentes. También acudieron representantes del PSOE y, entre otros, de la Marea Verde de Aragón (Asamblea de docentes por la educación pública), la plataforma de trabajadores de las contratas del ayuntamiento y el sindicato CGT, este último con una nutrida y activa presencia. No contó con el apoyo de las centrales UGT y CCOO, que sí han refrendado movilizaciones similares como la del 12 de febrero por la escuela pública. Tampoco hubo sindicatos sanitarios.