La situación de extrema sequedad que padecen este año los ríos de la cuenca del Ebro ha causado un desplome de la producción hidroeléctrica y ha obligado a las compañías eléctricas a optar por otros sistemas de producción contaminantes, caso de las centrales térmicas y las de ciclo combinado.

En años hidrológicos normales, las centrales hidroeléctricas de la cuenca del Ebro generan 9.400 millones de kilovatios (gigavatios/hora), lo que supone algo más del 20% de la energía de este tipo que se produce en toda España. Ese volumen equivale prácticamente a la demanda de la comunidad aragonesa, que el año pasado se situó ligeramente por encima de los 10.100 millones de kilovatios.

Sin embargo, este año la producción va a ser mucho menor, tal y como reflejan los datos de producción de la central de Mequinenza facilitados por Endesa. Esta central, la mayor de las de tipo hidroeléctrico de la cuenca, turbina toda la aportación del Ebro desde la cabecera hasta la confluencia con el Guadalope.

Su producción entre enero y julio se ha quedado, con 346,3 millones de kilovatios, en un 66,9% de su promedio anual de generación, que se sitúa en los 517.719 gigavatios. Una caída de esas proporciones dejaría por debajo de los 6.400 millones de kilovatios la producción hidroeléctrica de la cuenca.

DESCENSO Este descenso de la generación hidroeléctrica llega, por otro lado, después de un año en el que las condiciones meteorológicas --lluvia, nieve y viento, básicamente-- situaron la producción de las energía renovables en niveles históricos. En Aragón, por ejemplo, la aportación conjunta de los parques eólicos y las centrales hidráulicas alcanzó los 8.812 gigavatios, lo que equivale al 86% de la demanda de la comunidad.

La central de Mequinenza aportó 593,2 de esos gigavatios en un año en el que almacenaba casi 300 hectómetros cúbicos más que en el presente --1.108 por 827-- y en el que los embalses situados aguas arriba de él acumulaban casi un 20% más de recursos que este año: 3.224 en el 2010 por 2.586 este verano. El volumen que retiene la presa que cierra el eje del Ebro se queda en esta campaña por debajo de los dos tercios de la media histórica.

El desplome de la producción hidroeléctrica por la escasez de agua ha sido una de las causas que ha llevado a las compañías eléctricas a elevar la producción de otros sistemas. A las seis de la tarde de ayer, el 37,2% de la electricidad que se generaba en España venía de centrales térmicas o de ciclo combinado, muy por encima del 24,1% de la eólica y el 22,2% de la nuclear, mientras la hidráulica representaba un escuálido 4,8%.

El segundo factor que ha animado la producción de las factorías térmicas y de ciclo combinado ha sido la aprobación del llamado decreto del carbón, que facilitó el consumo del mineral autóctono para alimentar las centrales.

ANDORRA La central de Andorra, que tiene en funcionamiento sus tres grupos de producción, generó entre enero y julio 3.627 millones de kilovatios, lo que se sitúa en el umbral de un año medio --3.675 gigavatios en los siete primeros meses del año--.

Andorra marcó el año pasado el peor registro de su historia, con una producción de tan solo 275 millones de kilovatios entre enero y julio. Este año la quema de carbón autóctono comenzó a finales de febrero.