Para ser solidario, a veces, hay que echarle un par de... ¡Bigotes! Finos, afrancesados, rotundos... Todos valen para estar inscrito en Movember. Si los ven lo reconocerán... Desde mañana, Zaragoza se sumará a este movimiento que pide a los varones que se dejen crecer el mostacho durante un mes y desde el 1 de noviembre como compromiso. No se trata de una apuesta entre amiguetes, ni una campaña de márketing... El único objetivo es concienciar y recaudar dinero a favor de la investigación contra el cáncer de próstata.

"Todo esto empezó en Australia en el 2003 y es un auténtico fenómeno en países como Canadá o el Reino Unido, donde incluso hay muchos vip que apoyan el movimiento", explica Jason Morris, colaborador de la iniciativa en Aragón. "El sistema es fácil: tú te inscribes a través de una web y haces una donación con la inscripción". Esta vez, este profesor de inglés afincado en Zaragoza, que también trabaja en la taberna Gallagher de las Murallas Romanas, decidió que su compromiso iba a ir más allá y quiso crear un grupo de bigotudos solidarios con sus amigos y conocidos. A lo recaudado a través de la web y al hecho de convertir sus rostros en vallas publicitarias a favor de esta causa, unirán incluso una donación extra. "Por cada pinta de Heineken que sirvamos en la taberna, el jefe ha dicho que aportará 50 céntimos a la causa", explicó.

En cualquier caso, su aventura tiene ciertas reglas. "No valen las barbas ni las perillas e incluso se hace un seguimiento a través de la web". Y, evidentemente, uno tiene que estar sin afeitarse todo el mes. Algunos grupos vinculados al Movember hasta acaban el mes concediendo ciertos títulos: al mejor mostacho, a quien mejor lo luzca... Habrá que ver cómo cala la iniciativa en tierras del Ebro. Si se anima, no hay más que buscar en la red www.movember.com. Y olvidarse de la maquinilla. Ya sea al estilo de Charlot, a lo Fumanchú o al de Hercules Poirot.