La crisis, la caída de ventas y las escasas expectativas de futuro que ofrece hoy en día el aeropuerto de Zaragoza (en breve se marcha Volotea y Ryanair quitará el vuelo a Lanzarote) han propiciado no solo la desesperación de los concesionarios de los negocios sino la amenaza real de que en los próximos meses el vestíbulo de la terminal se quede vacío, solo con bancos donde esperar, ventanillas en las que dirigirse a la compañía y pasillos vacíos. Fuentes consultadas del aeropuerto aseguraron que el responsable de la tienda de regalos "se ha ido desprendiendo del personal que tenía contratado" y que "podría cerrar el próximo día 15". Aunque también podría esperar a diciembre, que es cuando vence la concesión.

En diciembre saldrá a concurso la explotación del negocio, al igual que el de la cafetería, que "no está obteniendo buenos resultados" y no parece que vaya a presentar oferta para continuar con el establecimiento. Ni siquiera está teniendo buenos resultados el puesto que le permitieron abrir en la planta superior, con vistas a la pista de aterrizaje y la plataforma de aviones. Aunque al menos ambas seguirán abiertas.

La consecuencia para Aena podría ser la obligación de rebajar sus exigencias económicas en el próximo concurso público.