El curso universitario 2012-13 que comienza mañana será, otra vez, el más difícil de la Universidad de Zaragoza. La precariedad económica en la que se encuentra sumida la institución académica con una deuda de 19 milones de euros se ve agravada por nuevos recortes por parte de la DGA, que, aunque asegura haber mantenido la partida básica, ha incumplido, según el rectorado, tanto el acuerdo de financiación como el plan de infraestructuras. De hecho, esa partida básica cubre el 81% de las nóminas, una cantidad insuficiente para la institución académica.

El cumplimiento de pagos de salarios es, sin duda, el gran quebradero de cabeza. Por ahora, la universidad está al día. "Es en lo único en que cumplimos aunque para ello se está asfixiando el resto de vida universitaria", confiesan desde el rectorado, que admite destinar a sueldos cada euro procedente de proyectos de investigación. "No podemos encargar gas para laboratorios ni destinar dinero a equipamientos para investigar porque no pagamos a la empresa", admiten desde el campus.

Porque la universidad también reconoce que no paga a sus proveedores "desde enero e, incluso, en algunos apartados, desde el año pasado". De hecho, Endesa ya amenazó con cortar la luz si desde el campus no se satisfacía parte de los 2,5 millones que le adeudaba, algo que la universidad hizo en el último momento.

Educación ha satisfecho la práctica totalidad de la deuda que mantenía con la universidad, aunque el resto de departamentos suma 11 millones de euros pendientes de abono. La estrechez financiera afecta a los convenios que soportaban actividades académicas específicas como los máster de salud pública, o de medicina de montaña o los relacionados con servicios sociales. "En todos se ha cerrado el grifo por parte de la DGA y se han quedado sin financiación", expresaron desde la universidad.

INFRAESTRUCTURAS

La falta de dinero ha supuesto, asimismo, la paralización de las obras de la Facultad de Educación cuando estas entraban en su recta final, lo que, según los cálculos del rectorado, acarrerará duplicar el coste de lo que quedaba pendiente de abonar a la empresa encargada de las obras. Así, los 5 millones de euros que dejará pendientes de pago la universidad se convertirán en 10 debido a los costes provocados por las rescisiones de contrato, con las consiguientes penalizaciones.

Pero esa suspensión también arrastrará a la Facultad de Filosofía y Letras, que no se acometerá hasta que concluyan los trabajos en Educación. La universidad considera Filosofía la tarea más urgente cuando se disponga de dinero.

TITULACIONES

Lo que no cambia este curso será el mapa de titulaciones. La oferta de grados se mantiene, pero la universidad sí está acometiendo una reordenación de másteres. De hecho, habrá supresiones y se contraerá la oferta. "Se va a revisar a la baja el mapa actual y, si ahora hay una oferta de alrededor de 60, pasarán a ser pocos y de mucha calidad", indicó el vicerrector de Política Académica, Fernando Beltrán.

Sin duda, los postgrados serán los principales damnificados debido al aumento de coste, que ha afectado a los másteres no profesionalizantes. Así, la matrícula en estos estudios ha pasado de una media de 1.700 euros por curso completo el año pasado a unos 3.000, lo que ha supuesto un "descenso significativo de matrículas", del 20%, aunque menor de lo esperado desde la universidad. El único máster profesionalizante que se imparte --el de profesorado de Secundaria-- sufrirá el mismo incremento que los grados, es decir, el IPC.

Precisamente, impedir un aumento de tasas en las carreras ha sido, sin duda, el gran logro de cara a un curso marcado por fuertes incrementos en el coste de las primeras y segundas matrículas en otras universidades. Rectorado y consejería acordaron dejar la subida en la misma de años anteriores, con lo que el 3,6% de incremento se traducirá en entre 33 y 56 euros anuales por curso. Más caro será la tercera y cuarta matrícula, que subirá 20 euros por crédito.

De momento, las inscripciones van por buen camino. Las matriculaciones se cierran el 5 de octubre, pero la universidad prevé una cantidad ligeramente mayor de alumnos respecto al año pasado."En crisis, la gente tiende más a formarse", apuntan desde la institución.

MOVILIZACIONES

Otra profunda transformación afectará a las becas, que deberán ser devueltas si el alumno supera el 50% de la asignatura. Asimismo, el ministerio también ha decidido subir a 5,5 la nota exigida para acceder a ella. Sim duda, estos dos apartados encabezan las movilizaciones de alumnos que tuvieron lugar a finales de curso pasado y que podrían reavivarse a partir de ahora. La universidad, de hecho, prevé una apertura de curso "movida" debido al descontento generalizado también en profesores y personal del PAS.