La Universidad de Zaragoza advierte de que la falta de liquidez que sufre provocará "graves consecuencias" en el mes de junio. Así lo aseguró ayer el rector de la institución, Manuel López, en su acto de investidura y toma de posesión de su Consejo de Dirección, en presencia de la presidenta del Gobierno de Aragón, Luisa Fernanda Rudi. Esta, en su discurso posterior, no hizo ninguna alusión al mensaje del rector.

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Los importantes obstáculos a los que se refirió López alcanzan, principalmente, al pago de nóminas al personal de la universidad. "Hay que tener en cuenta que en junio se abona una paga extraordinaria y, si no se produce un abono rápido al menos parcial de la cantidad que adeuda la DGA, habrá un grave problema de tesorería que nos llevará a no poder pagar esas nóminas y hay que recordar que hay que afrontar una paga extraordinaria en breve", explicó el vicerrector de Economía, Javier Trívez.

La universidad asegura que la cantidad que le adeuda el Gobierno de Aragón asciende a 17,5 millones de euros, correspondientes al ejercicio 2011 y que, salvo la transferencia mensual de la financiación básica (que cubre tan solo el 81% de las nóminas), no se ha recibido el resto de la financiación correspondiente al año 2012, lo que produce un grave problema de liquidez. En total, la cantidad pendiente de pago rondaría los 19,5 millones de euros.

INCUMPLIMIENTO Asimismo, el rector también mostró su preocupación por el incumplimiento de gran parte de los acuerdos estratégicos con el Gobierno de Aragón (la planificación de infraestructuras 2005-2012, y la no aplicación del nuevo acuerdo de financiación firmado en 2011, que era de aplicación progresiva) e insistió en la necesidad de marcar políticas de definición estratégica de la universidad (sobre las infraestructuras, la inversión, la financiación, la internacionalización, el Campus de Excelencia y la cooperación transfronteriza, los campus de Huesca y Teruel, el emprendimiento universitario, las políticas de calidad docente, la investigación y la transferencia tecnológica). "Se trata de planificar el futuro de la universidad con los responsables políticos, los responsables locales y todos los agentes sociales", indicó.

En su intervención, el rector, que reconoció una "colaboración cordial" con la consejería de Educación, Cultura, Deporte y Universidad, volvió a mostrar su desacuerdo con la subida de tasas porque "no es el momento más adecuado y no contribuye a acercar a los estudiantes a la universidad". Asimismo, admitió estar ante un mandato "diferente al anterior porque la situación económica estará aún peor y no vamos a poder cumplir los objetivos que se marcaron en la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior", entre los que citó "no solo aumentar sino mantener el profesorado existente".

De hecho, López también admitió por primera vez que las dificultades económicas producidas por la crisis "pueden afectar a la calidad y en la organización de la universidad a medio plazo" aunque rechazó que la institución académica se plante. "Es difícil que digamos basta porque el Gobierno representa la mayoría del pueblo, pero ya empezamos a decir que discrepamos".

RUDI NO CONTESTA Por su parte, la presidenta del Gobierno de Aragón, Luisa Fernanda Rudi, ni respondió a la advertencia del Rectorado ni hizo referencia alguna a la deuda que mantiene el Ejecutivo con el campus público y se limitó a insistir en la "necesidad de renovación" de la universidad, de la que destacó sus más de 200 grupos de investigación y un 51% de excelencia en másteres y doctoradio, aunque advirtió que "no hay institución que se precie en nuestro continente que no esté ya en la órbita de la transformación", y reiteró la necesidad de que el capital privado adquiere "un papel mucho más activo en la educación superior". La presidenta admitió que "las dificultades presupuestarias no dejan más salida que la de adoptar decisiones tan incómodas como inevitables".