La tensa relación entre el PSOE y el PP en Aragón vivió ayer en el pleno de las Cortes un nuevo capítulo. El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, rechazó con dureza la enésima mano tendida del líder de los populares, Luis María Beamonte, a los que acusó de estar «inyectando veneno en la sociedad» por alentar las protestas entre los familiares de la educación concertada.

Beamonte, a pesar de su aparente mensaje conciliador, no se quedó atrás en los reproches. «Acabe con el pacto fracasado que le está aterrorizando», afirmó en relación a la alianza entre partidos de izquierda que sustenta al Ejecutivo. Los populares creen que la comunidad está sufriendo una constante «falta de estabilidad» que surge de las exigencias de Podemos. «Seguro que a usted tampoco le hace gracia el sobresalto permanente al que le obligan sus socios», indicó.

La receta para terminar con este periodo está clara en la bancada del PP. «Rompa con aquellos que le tienen secuestrado», resumió. Las condiciones de la mano tendida están en el «diálogo y la lealtad» con la que esperan que se puedan cumplir los nuevos pactos. Y apremió a una respuesta con dureza. «Es hora de estar a la altura, desde hoy las cosas pueden ser de otra manera si acepta o serán de otra manera si no lo hace: el balón está sobre su tejado durante un corto periodo de tiempo», conminó.

Pero el ofrecimiento no fue bien recibido en las filas socialistas. «Llevan toda la legislatura repitiendo las mismas simplezas políticas», respondió Lambán. En su intervención justificó los pactos de izquierda apelando al compromiso adquirido en la investidura y recordó que las mayorías en los parlamentos han sufrido cambios significativos «a los que el PP parece ajeno». Puso como ejemplo la votación que perdió el presidente Mariano Rajoy.

El PSOE aprovechó la intervención para cargar contra el anterior Ejecutivo y de paso contra la utilización política de las últimas polémicas en la comunidad por parte de los populares. «En dos años ya tenemos más logros económicos que ustedes en cuatro», aseguró Lambán.

Para cerrar su intervención indicó que, más allá de los pactos de investidura, la DGA está dispuesta a recoger el guante «en asuntos de primera magnitud» que deberían ser acordados por todos los grupos de las Cortes. «Les ofrezco la oportunidad de redimirse de su irresponsabilidad», zanjó Lambán.