El presidente de Aragón, Javier Lambán, anunció ayer que a mediados de mes estará ultimado un nuevo decreto que contempla ayudas por valor de casi cien millones de euros para la transformación de nuevos regadíos.

Así lo explicó durante una visita a la zona regable de Mequinenza en la que han sido transformadas 1.534 hectáreas, con una inversión de 19,8 millones de euros y de la que se han beneficiado 403 agricultores.

Acompañado del consejero de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Joaquín Olona, Lambán aseguró que el cambio en la nueva política de regadíos modifica muchos conceptos y da protagonismo a las comunidades de regantes. Además, se moderniza el marco regulatorio, que estaba obsoleto (data de 1973), y se busca mejorar al máximo el uso del agua y la energía, al mismo tiempo que se da un gran valor añadido a la explotación agraria.

El presidente aragonés indicó que son cien millones porque «la UE no nos deja invertir más» y se mostró partidario de aprobarlo «cuanto antes porque no es previsible que la UE sea permisiva con la ampliación de regadíos». Asimismo, informó de que el decreto establece que las ayudas se concedan por libre concurrencia.

Olona añadió que el cambio en los regadíos incluye una mayor diversificación, al no limitarse solo a alfalfa y maíz, así como mayor intensificación y también un ahorro en el uso de energía y optimización del agua. A juicio del consejero, los regadíos tienen una gran importancia para la seguridad alimentaria, para producir más con menos agua.

PROCEDIMIENTO // Una vez que el decreto pase por el Consejo de Gobierno, se procederá a la publicación de la correspondiente orden de convocatoria y, a partir de entonces, las comunidades de regantes podrán iniciar las correspondientes solicitudes de ayuda.

Por su parte, la alcaldesa de Mequinenza, Magdalena Godía, precisó que la ampliación de los regadíos es una salida para recuperar puestos de trabajo perdidos y dinamizar la economía de la zona, junto con otros sectores como el turismo. En la localidad, el tamaño medio de la agrupación es de 7,28 hectáreas y se han abonado 2.853 euros por hectárea por los regantes.

Tras la primera fase visitada, queda pendiente la transformación de otras 1.403 hectáreas en la zona 2. En ambas se registran producciones de almendro, olivo, albaricoquero, melocotonero, nectarino, paraguayo, cerezo, uva de mesa y minikiwi.

Con las ayudas a los regadíos se busca atraer la inversión y compensar por la pérdida de empleo minero en el municipio en el que se va a desarrollar el proyecto. Asimismo, se trata de fijar la población rural y favorecer un desarrollo territorial equilibrado.

El futuro decreto supera un modelo periclitado de intervención directa de la administración en este tipo de iniciativas, sitúa a las comunidades de regantes en el centro de decisión y de iniciativa y subvenciona hasta el 50 % de la inversión hasta 7.500 euros/ha y hasta 15.000 si se considera inversión total.

Tiene un techo de gasto aprobado por la Comisión Europea de 80 millones de euros, ampliables en un 20 % si se considerara necesario. Con el fin que el Gobierno de Aragón pueda asumir montantes tan elevados, el decreto habilita que la aprobación de la ayuda se formalice al resolver la convocatoria, si bien los pagos finales de la subvención podrán efectuarse hasta en 25 años, conforme los regantes vayan devolviendo los préstamos. El marco de ayudas de Estado de la Unión Europea, obliga a aprobar los proyectos a más tardar en el 2020.