El debate siempre es el mismo, pero las relaciones son cada vez peores. El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, y el del PP en la comunidad, Luis María Beamonte se enzarzaron ayer en una cruda disputa en el palacio de La Aljafería con el impuesto de Sucesiones como fondo. «Lleva tres años generando problemas», afirmó el líder popular. No hubo insultos como en sesiones anteriores, pero algunas alusiones rozaron el desprecio.

Lambán replicó a las acusaciones sobre el retroceso económico de la comunidad con un as en la manga: los positivos datos sobre el crecimiento del PIB que se publicaron pocas horas después. Así, que Beamonte citara a una «consultoría empresarial» sin más precisión para alegar que Aragón estaba a la cola en confianza empresarial no sirvió de mucho.

Lambán aprovechó las noticias positivas para recuperar su cantinela contra el PP. «Hemos tenido que resolver todos los problemas que crearon ustedes», repitió, para a continuación citar sus mejoras en dependencia, becas de comedor o en el profesorado. «Su discurso aburre», resumió, sin saberse muy bien a quién hacía referencia.

La dureza del PP en la oposición ha seguido una evolución inversa a la de Podemos. Si al comienzo de la legislatura fue Pablo Echenique el azote de Lambán en sus intervenciones parlamentarias, conforme pasan los meses es Beamonte el que más eleva la voz en sus alocuciones. El líder popular dijo que los aragoneses «están hartos del atraco impositivo», tanto en Sucesiones como en Hidrocarburos, y aventuró que este Gobierno de Aragón pasará a la historia «por ser el mayor confiscador de ahorros». «Esperemos por el bien de todos que no haya sorpresas», afirmó al augurar su triunfo en las urnas.

Todo eso únicamente fue «una monserga», en palabras de Lambán. «Usted no es un problema para la comunidad, pero para su partido es un problema bastante grave», determinó como remate a la agria disputa.

El resto de intervenciones en la sesión de control entraron dentro de lo que se conoce como oposición constructiva. Los grupos hicieron peticiones y el Ejecutivo prometió considerarlas con interés. Desde Podemos, Nacho Escartín habló de fomentar el pequeño comercio y su «calidez humana». Lambán prometió acciones de impulso por 2,2 millones de euros. Desde el PAR, Arturo Aliaga pidió mejoras en el ámbito de la automoción. Lambán avanzó un plan de I+D+i. Y en la misma línea intervino Patricia Luquin (IU), más atenta a las demandas laborales del sector.

Desde Ciudadanos, pasadas las turbulencias de la sesión del jueves, la portavoz Susana Gaspar reclamó más autonomía para la gestión municipal. Lambán aseguró que la anunciada ley de participación en los tributos estará lista este año.