El presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán, ha considerado que los actos de la Diada hoy en Cataluña van a poner de manifiesto "el nivel de degradación que vive la política catalana y, particularmente, el nacionalismo catalán".

En declaraciones a los medios durante su visita a las obras de la Facultad de Filosofía de la Universidad de Zaragoza, el también secretario general de los socialistas aragoneses ha manifestado que el independentismo "está pervirtiendo la aplicación del Estado de derecho, de la ley y de la democracia".

Además, ha dicho, de que "trata de convertir en héroes cívicos a personas que están en la cárcel no por ser presos políticos, sino por ser presuntos autores de delitos perfectamente tipificados".

Para el presidente aragonés, como "para cualquier español que sienta Cataluña en el corazón", eso es "preocupante y doloroso".

La Diada de hoy, a su juicio, supondrá "un hito" en esa "deriva absolutamente insensata y mesiánica" en la que está instalada la política catalana.

Desde hace un tiempo, Lambán considera que Cataluña "está aflorando lo peor de sí misma" y, a la vez, España, "que es un grandísimo país", es "incapaz de que aflore lo mejor en términos de cultura, de su gran Constitución, de su proyección al mundo y de sus potencialidades económicas y civiles".

Además, el problema, ha insistido, no lo solucionarán las fuerzas catalanas por sí solas, sino que es necesario que se involucre "la sociedad española en su conjunto", incluido el mundo de la cultura y todos los poderes públicos, empezando por las comunidades autónomas.

Y es que, ha agregado, parece que a veces los centros de poder en Madrid y Barcelona "se retroalimentan" y que "hasta se complacen del mantenimiento de algunos conflictos".

No obstante, para Lambán el Gobierno de España está haciendo algo que cree que "le honra", que es "tratar de exprimir al máximo los cauces e instrumentos legales e institucionales para normalizar la situación", entre ellos los mecanismos de relación bilateral, aunque la respuesta de la Generalitat está siendo "manifiestamente mejorable, por no decir que perfectamente nefasta".