El presidente de Aragón, Javier Lambán, ha confiado hoy en que el Gobierno de España no deje un "resquicio legal" que sea aprovechado por la Generalitat de Cataluña para conseguir su "objetivo trasvasista" y ha pedido al presidente, Mariano Rajoy, que no apoye a la comunidad vecina a costa de otras.

Lambán ha comparecido hoy a petición propia ante el Pleno de las Cortes para informar de las actuaciones que el ejecutivo autonómico va a llevar a cabo para frenar el trasvase de aguas del Ebro a las cuencas internas de Cataluña, un riesgo que para el presidente aragonés es "real, más que nunca".

El Plan Hidrológico de la Cuenca Fluvial de Cataluña aprobado en el Consejo Nacional del Agua, con el voto contrario de Aragón, abre la puerta a la ejecución de un trasvase desde el río Segre, afluente del Ebro, a través de una tubería de 121 kilómetros a 30 municipios catalanes, cuatro de ellos de las cuencas internas, que ya ha quedado demostrado, según Lambán, que "no tienen problemas de abastecimiento".

La Generalitat recurre a una orden del Ministerio de Medio Ambiente dictada en 2010 que autorizaba una trasferencia en este sentido "temporal y transitoria" que perdería su eficacia en cuanto se adoptara una decisión definitiva para estos cuatro pueblos.

Tras siete años, para Lambán "no es creíble" que esté vigente aún la emergencia con la que se dictó esta orden, porque en este tiempo los municipios en cuestión no han necesitado abastecerse del Segre, y por eso el ejecutivo aragonés se ha dirigido al ministerio para que dicte su caducidad.

Lamban no confía en que Aragón pueda "torcer el designio" de la Generalitat, que ha asociado el plan de gestión de las cuencas internas al libro blanco del proceso de independencia, pero sí que deposita su confianza, según ha dicho, en el Gobierno de España, a quien ha pedido que "rectifique" y evite cualquier resquicio legal que posibilite que se ejecute este trasvase.

"Quisiera creer en el crédito del Gobierno de España, pero no es fácil hacer ese ejercicio de confianza y fe cuando ha votado en el Consejo Nacional del Agua a favor del plan de gestión de las cuencas internas", ha agregado Lambán.

Una transferencia, ha vaticinado también, cuya última intención es abrir la puerta al abastecimiento del área metropolitana de Barcelona con agua del Ebro.

Una vez que se haya hecho la inversión, se haya tendido la tubería y se haya conseguido la concesión quedará clara la intención última, ha explicado.

El presidente ha detallado las medidas tomadas por su ejecutivo para frenar el trasvase, como la presentación de un recurso contra el plan de gestión basado en su extralimitación competencial, el voto en contra en el Consejo Nacional del Agua, la solicitud de información a la CHE sobre las concesiones autorizadas en 2001 al canal Segarra-Garrigues y a varias poblaciones catalana y la creación de un equipo técnico interdepartamental para defender los derechos de Aragón en torno al agua.

Ha pedido además unidad y una posición unánime en contra de la propuesta de trasvase, a lo que los portavoces se han mostrado dispuestos, con matices.

Para Luis María Beamonte (en su primera intervención en el Parlamento tras haber sido elegido presidente del PP de Aragón), Lambán ha demostrado "irresponsabilidad" y ha creado "alarma social" con su comparecencia, puesto que en Aragón "hoy no hay riesgo de trasvase", algo a lo que, por otro lado, los populares en la comunidad se oponen "con rotundidad".

A su juicio, el plan de gestión de las cuencas internas de Cataluña no contiene una propuesta de trasvase, algo que sería "ilegal", y sí la medidas para hacer frente a sus déficit hídricos. "Como siempre", ha dicho.

Lambán se ha mostrado "preocupado" por la tibieza del PP, aunque le ha concedido "el beneficio de la duda" porque en esta ocasión la propuesta de transferencia de agua no la han hecho los populares.

Por Podemos, Pablo Echenique ha lamentado que este nuevo trasvase es "más sibilino" y tiene que ver, sobre todo, con la privatización del agua.

Ha recordado que Lambán dijo hace cuatro meses que la amenaza de cualquier trasvase estaba conjurada, y ahora "comparece con urgencia" para hacerle frente, movimiento del que Echenique se alegra pero sin ocultar la "preocupación" que le provoca la "desafilada" capacidad del ejecutivo de hacer frente a los retos.

El presidente del PAR, Arturo Aliaga, ha insistido en la necesidad de mantener la unidad política y la contundencia jurídica contra el trasvase en una comunidad donde, ha enfatizado, "no sobra agua, sino que faltan inversiones".

Susana Gaspar (Ciudadanos) ha lamentado que los partidos en Aragón lleven dos décadas enfrentados por este asunto, con debates "estériles" cuando lo que hay que hacer es "cambiar la forma de hacer política desde un nuevo Plan Hidrológico Nacional".

Ciudadanos, ha insistido, está "radicalmente en contra" del plan de gestión de las cuencas internas porque no ha seguido los cauces establecidos, y ha pedido también una "única voz" que defienda los intereses de Aragón en política hidráulica.

Patricia Luquin (IU) se ha sumado al consenso y ha pedido que se tenga en cuenta, para fijar la postura común, a las asociaciones ecologistas, mientras que Carmen Martínez (CHA) ha puesto de manifiesto que aunque el PP se oponga a los trasvases en Aragón, a nivel estatal hacen "lo contrario".