El diálogo entre Podemos y el PSOE se rompió ayer a media mañana y la respuesta del Gobierno de Aragón no tardó en llegar. Fue el propio presidente Javier Lambán el que expresó su oposición «total y absoluta» a la necesidad de que el consejero de Hacienda Fernando Gimeno deje su puesto para que los presupuestos puedan salir adelante con el apoyo de la izquierda. Lambán afirmó que pedir la cabeza de un consejero «como si de un trofeo de caza se tratase» es un chantaje político al que no se van a someter «en ningún caso».

La situación ha quedado enquistada y parece difícil que en los próximos días se produzca un cambio de posiciones. Sin embargo, el dirigente aragonés expresó su confianza en que el «compás de espera» que han provocado la discrepancia entre los negociadores pueda resolverse en breve. Para abrir nuevos cauces de diálogo mostró su disposición a arbitrar «todos los mecanismos necesarios para que la confianza perdida se restituya». A pesar de todo, la distancia abierta en la negociación parece difícil de superar. «Cuando digo todos los mecanismos -añadió-, son todos, excepto los chantajes políticos, a los que no nos vamos a someter en ningún caso, y pedir la cabeza de un consejero es un chantaje puro y duro que no vamos admitir en modo alguno».

También advirtió de que la confianza o desconfianza «no se tiene sobre un consejero sino sobre un gobierno y su presidente». A este respecto, subrayó que su confianza en Gimeno en estos momentos es «total y entera» al considerar que está desarrollando «una magnífica labor».

Podemos ya pidió hace unos mes la reprobación del encargado de las cuentas públicas del Gobierno de Aragón. Para la formación morada su labor permite que queden en «papel mojado» las decisiones que se toman en las Cortes de Aragón. En aquella ocasión no lograron los votos suficientes para que la propuesta saliera adelante.