Nacho Escartín Lasierra (Zaragoza, 1978) es desde el pasado 5 de octubre nuevo secretario general de Podemos, tras resultar elegido en primarias con casi el 60% de los votos emitidos. Escartín, que vive en Nuez de Ebro, tiene un pasado forjado en el asociacionismo ciudadano y su dedicación es la agricultura. Ecologista y aragonesista, su candidatura era la alternativa a a la avalada por Pablo Iglesias y Pablo Echenique, al que sustituye y que estaba representada por Érika Sanz. En el equipo de Escartín, que es diputado en las Cortes, figuran algunas personas destacadas de Podemos Aragón, como Maru Díaz, Violeta Barba o Pedro Arrojo.

--Nada más salir elegido, se enfrenta a una negociación por los presupuesto con el PSOE. Parece que esta vez hay más predisposición al diálogo por todas las partes que el año pasado. ¿Se aprobarán en tiempo y forma?

--Aprobar los presupuestos tan tarde este año no fue positivo para nadie, para los partidos que no dimos una buena imagen y mucho menos para los aragoneses, ya que muchas partidas necesarias corrían el riesgo de no ejecutarse. Ya hemos expresado claramente nuestra disposición a hablar. No sabemos de qué forma quiere hacerlo Lambán ni el guion que tiene preparado. Pero la nueva dirección política de Podemos está abierta a cualquier opción de trabajo que plantee el Gobierno, dejando claras nuestras propuestas y objetivos, que defenderemos abiertamente, llevando la voz de los colectivos y la sociedad aragonesa a la mesa. A priori no tenemos mucha confianza en el cumplimiento de los acuerdos, pero sí tenemos la voluntad de hablar cara a cara. Tenemos ya experiencia como para saber qué necesita Aragón.

--Sí parece que usted tiene un perfil más dialogante y constructivo que su antecesor, Pablo Echenique, al que no se le vio mucho en su labor parlamentaria y sí en el ruido y el bloqueo...

--En las Cortes nos relacionamos con todos los grupos, y con PSOE, CHA e IU solemos aprobar la mayoría de iniciativas. Somos el grupo que más iniciativas ha presentado y Lambán tiene abierta la interlocución con este secretario general. Él lo sabe porque así lo hemos hablado en dos saludos protocolarios. Tiene la puerta abierta para mover ficha. Por nuestra parte no va a quedar

--Lo que le decía, ¿su discurso es más constructivo que el anterior?

--La principal novedad es que estamos aprendiendo. Ya no somos los inexpertos que llegamos a las Cortes aquel junio del 2015. En dos años nos han salido callos en las manos y nos hemos bregado con figuras como Lambán, Gimeno o Guillén que suman un siglo de política profesional, frente a nosotros que no llevábamos ni unos meses. Es normal que aparte de su habitual paternalismo propio de la vieja política, te sepan manejar con bastante facilidad. Pero ahora tenemos más madurez parlamentaria y objetivos mucho más claros. En su día apoyamos un cambio frente al Gobierno de Rudi y queremos que este cambio sea nítido al final de esta legislatura.

--Su posición ha sido clave para que se hayan aprobado algunas leyes trascendentales, pero sin embargo, hay algunas aparcadas. ¿Se podrán desbloquear?

--No solo hay muchas leyes estancadas, sino otras que se han aprobado no se han aplicado. La primera de ellas es la de la pobreza energética, que se aprobó por unanimidad y supuso un gran ejercicio de generosidad por nuestra parte. Va a empezar el frío y no está hecho aún el procedimiento más allá de lo que ya había. Muchas familias desconocen la ley y cómo aplicarla. Nos preocupa. A veces, el PSOE se olvida de que no tiene mayoría.

--¿Piensa hacer muchos cambios en el grupo parlamentario?

--He constatado lo que intuía, que el grupo parlamentario trabaja de forma notable, con gran implicación en la confección de leyes y en el impulso y control al Gobierno. Todos estamos trabajando mucho y bien, y vamos a impulsar el papel de nuestra portavoz, Maru Díaz, el de la presidenta de las Cortes, Violeta Barba y el de otros diputados que trabajan excelentemente en las comisiones. Otra novedad será que abriremos el Parlamento. No tanto para que los ciudadanos vengan a la Aljafería como para que nosotros salgamos de ella y expliquemos y rindamos cuentas.

--¿Su relación con los círculos?

--Una de las claves de la nueva fase es la implantación en el territorio. En las primarias ya se ha dado un paso: somos 41 personas en el consejo ciudadano y procedemos de 26 localidades distintas. Ese es el camino a seguir, porque no nos podemos quedar como un partido de jóvenes y urbanos. Eso no significa que nos olvidemos de la ciudad de Zaragoza, donde tenemos que mejorar el protagonismo de Podemos dentro de Zaragoza en Común. Pero también en municipios donde se pueden implicar personas nuevas.

--Ha habido baja participación en las primarias. ¿A qué lo achaca?

--Una de las causas tiene que ver con el momento de la convocatoria, en verano, y la necesidad de votar con el DNI. Pero no me puedo quedar con ese análisis y hay que hacer autocrítica, ha bajado el número de inscritos y nuestro reto fundamental va a ser que incremente la participación ciudadana. No queremos ser tanto un partido de militantes, pero sí de personas activas que sientan suyo el proyecto de Podemos.

--¿Acepta que le etiqueten de errejonista?

--Aquí somos Podemos Aragón. Precisamente lo que me cautivó de Podemos era ver que éramos muchos que veníamos de ámbitos distintos y trabajábamos desde muchos frentes. Eso es muy positivo para la organización, una organización sin etiquetas, plural y con gente distinta entre sí. Aquí todos somos Podemos.

--¿Seguirá explorando la cohesión de la izquierda y la fórmula de Unidos Podemos?

--Nuestro objetivo en el 2019 es liderar los gobiernos de Aragón, de los municipios y de las comarcas, explorando de forma generosa y ambiciosa la conformación de espacios lo más amplio posibles en el que quepan todos. Y sobre todo, que pueda hacerlo esa gente que no participa todavía y crear estructuras en aquellos municipios que no la tienen pero sacamos un buen número de votos.

--¿En alianza con IU?

--Hay un paraguas que es Unidos Podemos, y creo que se fortalecerá la alianza entre IU, Podemos y Equo pero me parece que en Aragón seremos distintos. Aquí tiene que participar el aragonesismo político y les tendemos la mano.

--¿Y con el PSOE, qué relación deben tener? Fue un error no apoyarles para gobernar?

--No soy el portavoz más adecuado para hablar de lo que pasó en Madrid. Pero en Aragón nuestros votos tienen que servir para hacer políticas sociales y para los ciudadanos. A día de hoy, que haya sido así no lo tengo tan claro, a pesar de la mayoría que sumamos CHA, IU, PSOE y Podemos. Nuestra opción sensata y razonable es liderar los próximos gobiernos. En el caso de que los aragoneses nos den esa mayoría, seremos generosos con el resto. Y si tenemos una situación similar a la de mayo del 2015, ya veríamos.

--¿La crisis en Cataluña nos va a pasar factura?

--Vamos a aprovecharlo como una oportunidad. Aragón está en el vagón de cola en inversiones históricas. Vamos a pelear por Aragón, que es lo que nos toca, porque aquí unos territorios se están enfrentando como un choque de trenes y parece que otros no existimos, y tenemos voz, queremos tener la misma voz que otros territorios, que eso no sea un pacto entre burguesías catalanas y españolas, porque si es así ya sabemos quién tiene las de perder.