-Ya han pasado cuatro meses de la pérdida de su hermano Víctor Laínez tras recibir una brutal paliza a manos de Rodrigo Lanza. ¿Cómo se encuentra usted y su familia?

Seguimos hechos polvo, especialmente mis padres que se van a morir de pena. Ellos no entienden, al igual que yo tampoco, que venga una persona y por llevar unos tirantes de la bandera de España te maten por la espalda. Mi madre no hace más que pedirme que la lleve al cementerio para ir ante la tumba de Víctor.

-Tras el crimen ustedes pidieron respeto y decidieron guardar silencio. ¿Por qué lo rompen ahora?

Cuando pasó todo, el ambiente en algunos colectivos radicales estaba caliente y desde la Policía Nacional nos pidieron calma, así que lo dejamos todo en manos de nuestro abogado, Juan Carlos Macarrón, al que que designamos como portavoz. Ahora rompemos el silencio porque la investigación ya está muy avanzada y estamos dolidos y hartos de las mentiras del asesino y de su entorno. Frente a su versión de defensa propia en la que llega a decir que mi hermano le amenazó con una navaja, que nunca apareció, está una instrucción judicial muy clara que dice todo lo contrario. La evidencia es la evidencia y es que Lanza y mi hermano intercambiaron una serie de palabras y en un momento en el que él estaba de espaldas le dio un fuerte golpe en la cabeza. En el suelo lo remató, aunque ya estaba muerto cerebralmente. Habrá que decirle a Lanza que si hubiera sido en defensa propia la agresión hubiera sido cara a cara.

-Desde el entorno de Lanza se habló de un complot policial al igual que el que sufrió en el caso de Barcelona. ¿Qué opina al respecto?

Le contesto con una pregunta. ¿Cómo va a haber un complot si la Policía no sabe quién es el autor hasta que le detienen? Habrá que recordarle a esa gente que Lanza se fue del bar tras dejar ahí herido de muerte a mi hermano. De hecho, quiero aprovechar para agradecer a la Policía Nacional la investigación realizada.

-Otra de las cuestiones que se pone en duda es que el caso responda a un crimen de odio...

Es verdad que los tirantes ya no están, pero los testigos del bar, que son clientes que ni conocían a mi hermano ni al asesino, dijeron que los llevaba. Además, son sus amigos quienes ante la Policía destacan que todo ocurre por una cuestión ideológica porque es Lanza quien le dije a mi hermano que no quiere neonazis en su barrio. Como si fuera él quien decide quién puede vivir en La Magdalena cuando Víctor llevaba residiendo allí 20 años.

-¿No cree que se deberían mejorar los protocolos de custodia para que no vuelva a perderse una prueba de tal y importancia como los tirantes?

No hay que culpabilizar a los sanitarios de ello. Cuando fueron se centraron en salvarle la vida a mi hermano, nada más. Entiendo que se mezclarían con gasas llenas de sangre y los tiraron por error.

-Dice que rompe su silencio para defender la imagen de su hermano Víctor. ¿Cree que se ha ensuciado?

Se atacó a mi hermano desde el primer momento y eso que era el muerto. Que si era un nazi, que si tenía antecedentes penales, que si llevaba una navaja,... Todo eso es mentira. Ninguna prueba han podido presentar. De hecho Lanza dice que mi hermano esgrimió una navaja con la mano derecha cuando en realidad era zurdo. Mi hermano era una buena persona y no lo digo yo, me lo ha hecho sentir mucha gente. Sin ir más lejos, cuando desalojamos su casa tras el crimen se me acercó un punki para darme un abrazo porque sentía mucho lo de Víctor. Reconozco que al principio pensaba que venía a decirnos algo malo.

-En esa campaña de desprestigio que señalan ustedes se incluyen, por ejemplo, las pintadas que sufrió el antiguo negocio de su hermano...

Así es, los antisistema asaltaron el local, si bien ya no era de mi hermano aunque estaba el rótulo. No nos respetan en ningún momento, parece que tengamos la culpa de que Lanza esté en la cárcel. Él está en ese agujero, pero puede comer, pasear, ver a su madre,... mi hermano está en otro hoyo del que no podrá salir nunca.

-Ahora que se está debatiendo la derogación o no de la prisión permanente revisable. ¿Le gustaría que se le aplicase a Lanza?

Por supuesto. Para empezar debería de haber cumplido la pena íntegra por el caso ocurrido en Barcelona. No fue así y encima dijo que se vengaría por lo que había sufrido y la venganza tiene un nombre: Víctor Laínez. ¿Volverá a hacerlo cuando salga de nuevo de prisión? A mí me daría miedo.

-Tras el crimen hubo polémica en el Ayuntamiento de Zaragoza por la tibieza en la condena que hicieron algunos miembros de ZeC. ¿Lo comparte?

Lanza era amigo de muchos dirigentes de Podemos tanto en el ayuntamiento como de las Cortes. El apoyo lo hemos sentido de la gente, pero hemos echado en falta mayor crítica porque si un amigo mío hiciera algo así yo condenaría su conducta. No todo vale en una ideología.