Teruel afronta el mes de noviembre más seco desde 1990. La ausencia de lluvias ha supuesto que el embalse de El Arquillo, del que obtiene un 70% de su suministro en la actualidad, está a solo el 16,7% de su capacidad, con solo 3,5 hectómetros cúbicos.

Por eso el ayuntamiento, a instancias de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), ha decidido seguir adelante con las medidas de ahorro aplicadas desde hace dos meses y hacer una valoración de las reservas de los pozos que constituyen otra fuente de recursos hídricos.

En particular, se investigará la disponibilidad de agua en el puerto de Escandón, una tarea que se emprenderá «con relativa prontitud», según señaló ayer el concejal de Medio Ambiente, Julio Esteban. «Se trata de diversificar las fuentes de abastecimiento, de que no dependamos para el suministro de agua de los recursos existentes en una sola cuenca», subrayó el concejal.

El 30% del agua que se consume en Teruel procede en la actualidad de pozos, como los existentes en el barrio de San Blas, que se van a aforar con el fin de saber con exactitud cuánta agua contienen. Además, se va a tratar de mejorar la eficiencia del pozo de la carretera de Cuenca, que se usa en verano.

Estos acuíferos empezaron a utilizarse a partir de la campaña 1995-1996, en la que el embalse de El Arquillo alcanzó su nivel mínimo, lo que obligó a buscar alternativas para asegurar el suministro. «Los pozos nos dan tranquilidad», señaló Esteban, que confía en que se pueda llegar sin problemas hasta el comienzo del próximo verano.

CAUDAL ECOLÓGICO // El Arquillo aún da cierto margen, pero cuando su nivel de agua se sitúe en 1,5 hectómetros cúbicos ya no se podrá utilizar para el abastecimiento, dado que tendrá que garantizarse el caudal ecológico.

De hecho, en la última reunión de la CHJ, celebrada ayer, se acordó, además de no utilizar agua del embalse para el regadío, distribuir al 50% el uso del agua superficial y subterránea, así como realizar un especial seguimiento de los caudales circulantes en el río Guadalaviar.

El responsable de Medio Ambiente espera que acabe lloviendo o nevando en las sierras que rodean Teruel, como la de Javalambre, donde el cambio climático ha podido influir en una llegada cada vez más tardía de las nevadas.

SITUACIÓN EXCEPCIONAL // La situación quizá no sea todavía preocupante, pero la propia CHJ la calificó ayer de «excepcional» a la vista de los datos sobre precipitaciones. Por ejemplo, transcurridos casi dos meses desde el comienzo del año hidrológico, la lluvia acumulada en la cuenca del embalse de El Arquillo ha sido de 12 litros por metro cuadrado, frente a los 48 del ejercicio pasado y los 65 de media de los últimos 27 años.

Con todo, el consistorio turolense está reaccionando y hace ya dos meses que ha aplicado medidas restrictivas, como en el riego de zonas verdes, que han supuesto un ahorro del 5% de agua solo en el pasado octubre.

«Lo que se hace en los parques es utilizar la mitad de agua que antes», explicó Esteban, que señaló que ya el mes pasado se tomó la decisión de cerrar todas las fuentes de la capital turolense, salvo la existente en la plaza del Torico, al objeto de reducir el consumo urbano.