Más de 2.000 aragoneses reciben cada año tratamiento de radioterapia para combatir un cáncer. El servicio se ofrece a alrededor del 60% de los pacientes oncológicos, pero no es igual de accesible para todos. Porque Huesca y Teruel son dos de las ocho capitales de provincia españolas que no disponen de este tipo de tratamiento, lo que supone desplazarse obligatoriamente -sobre todo a Zaragoza o a Valencia- y a diario para plantar cara a la enfermedad y soñar con derrotarla.

Para acabar con estos traslados obligados, numerosos colectivos e instituciones -incluidas las Cortes de Aragón- han emprendido una campaña destinada a convencer al Departamento de Sanidad de la conveniencia de implantar radioterapia en Huesca y Teruel. Sería a través de unidades satélites dependientes del servicio que se ofrece en Zaragoza. «Es factible y viable», sostienen desde la Asociación contra el Cáncer, que cifra entre 1.500 y 1.900 euros el coste de este tratamiento por paciente.

No a corto plazo

Sin embargo, la Administración da largas. Ya no cierra la puerta, pero emplaza cualquier decisión al respecto a un futuro a medio plazo. El consejero Sebastián Celaya ya ha declarado que el proyecto del nuevo hospital de Teruel no se modificará para añadir la instauración de la radioterapia. Así que todo apunta a que habrá que seguir esperando. «La planificación de la radioterapia tiene que estar basada en que haya un número suficiente de pacientes para asegurar la calidad del servicio y por eso se concentran en los grandes hospitales», argumentó Celaya en una reciente visita a Teruel.

Además, la dotación actual de aceleradores no es suficiente, según denunció recientemente la Sociedad Española de Oncología Radioterápica. En la actualidad, la comunidad cuenta con cuatro aceleradores lineales en hospitales públicos y uno privado para una población de 1,3 millones de habitantes. Pero todos ellos están en Zaragoza, al igual que los otros tres que Sanidad implantará entre este año y el 2018 con dinero procedente de fondos propios y de la donación procedente del propietario de Inditex, el millonario gallego Amancio Ortega.