Las largas esperas, las trabas y las restricciones impuestas por los países de origen, con el consiguiente encarecimiento de los procesos, han provocado tal descenso en las solicitudes de adopción internacional por parte de las familias aragonesas que, por primera vez, las peticiones nacionales las están superando. Los datos facilitados por el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) revelan que de las 365 instancias internacionales presentadas en el año 2005 se han pasado a 154 en el 2009. Y las previsiones para este 2010 apuntan a un número todavía menor. La situación no es exclusiva de la comunidad.

En cuanto a las nacionales, en el 2008 fueron 154 las inscripciones; en el 2009 se presentaron 161, y las previsiones para este 2010 rondan las 170.

El programa aragonés de adopción ha detectado que en el 2009 comenzó esta disminución internacional, y que los primeros datos de este año la están confirmando.

José Manuel Casión, jefe del servicio de prevención y protección a la infancia y la adolescencia del IASS, afirma que este fenómeno "se da por primera vez desde la historia de la adopción en España". Y entre las razones, esgrime que en los países de origen de las adopciones internacionales cada vez se establecen requisitos y criterios más estrictos, "lo que hace que los procesos sean lentos, se alarguen mucho en el tiempo y generen un coste económico importante a las familias".

NUEVAS EXIGENCIAS Desde la Asociación de Familias Adoptantes de Aragón (Afada) admiten estas dificultades impuestas desde los países. China, por ejemplo, el país de donde procedían muchos de los niños adoptados, "ha variado sus requisitos y exigencias. Se ha reducido la edad del solicitante, se tarda más en conseguir la adopción, prácticamente se imposibilita a las familias monoparentales y se exigen unos ingresos económicos mínimos", explican. Además, los niños a adoptar también han disminuido.

En Ucrania, otro país de referencia en Aragón en cuanto a adopción, "los niños son mayores, a partir de cinco y seis años; o tienen algún tipo de dificultad o se ofrecen en grupo de hermanos", afirman.

También recuerdan que en otros países estos procesos se ha comprobado que "no son todo lo claros que debieran", y que incluso en algunos países africanos se engañaba a los padres asegurándoles que su hijo regresaría.

Desde el IASS acogen este cambio de tendencia de forma optimista. "Dar más salida en el programa de adopción es una buena noticia".