El pleno en las Cortes de Aragón del próximo 15 de septiembre tendrá un punto del orden del día muy especial: un grupo de ciudadanos defenderán en la tribuna destinada a los diputados que el Canto a la libertad de José Antonio Labordeta sea considerado como el himno oficial de Aragón. La iniciativa se calificará en la Mesa de las Cortes de hoy y se debatirá su toma en consideración el día 15. Los grupos tendrán ahí la pelota en el tejado. Y es ahí donde surgen las dudas. Solo CHA e IU tienen clarísimo que votarán para que se convierta en himno y oir así la demanda de miles de ciudadanos.

El PSOE considera que aún hay que hablar con los grupos para tratar de conseguir el máximo consenso. Mientras, el PP y el PAR se encuentran en una posición incómoda. No quieren ir contra el deseo de muchos ciudadanos pero detectan problemas. Ambos tratarán de pactar una solución. Esta podría pasar --aunque no hay confirmación-- por aceptar la tramitación y modificar posteriormente el texto presentado por los promotores de la iniciativa legislativa popular. Una de las opciones que se ha contemplado en conversaciones informales es la de aceptar los dos himnos como oficiales, el actual y este, que podría ser interpretado con rango de oficialidad en concentraciones populares. En el recelo de algunos diputados de estas formaciones está la trayectoria política de izquierdas de Labordeta. Algo que se ha separado en la iniciativa, donde solo se ha contemplado su dimensión como artista y como autor de un canto que conoce prácticamente toda la población. La misma que le demostró multitudinariamente en su capilla ardiente su respeto y cariño.

Los 67 diputados deberán votar el próximo día 15 --en las vísperas del primer aniversario del fallecimiento del poeta y cantautor-- si atienden a la voluntad popular (esta iniciativa se tradujo en una iniciativa legislativa popular refrendada por las firmas de más de 24.000 aragoneses) o no la escuchan y rechazan que se modifique la ley que actualmente regula el himno. Un himno de gran valor musical (lo compuso Antón García Abril con letras de cuatro reputados poetas aragoneses) pero que no tiene ningún impacto en la población, que lo desconoce. Incluso en los actos oficiales se está sustituyendo últimamente la versión cantada por una puramente instrumental.