Augusto volverá a mudarse. Una vez más. La estatua del césar fundador de la ciudad cambiará de dirección con la remodelación del entorno de las Murallas. La primera sugerencia presentada en el proyecto de reforma de la empresa Idom la sitúa en la calle Alfonso, donde se ubicó en su día la pieza El pensador de Rodin en la muestra itinerante que llegó a la capital aragonesa. Pero esta nueva ubicación ha suscitado no pocas críticas. Y eso que la estatua, que lleva algo más de dos décadas en el mismo sitio, ha hecho mudanza ya en varias ocasiones.

El primer viaje y el más largo lo hizo ya en 1940. El dictador italiano Benito Mussolini se dedicó a regalar reproducciones de obras de arte que representaban las conquistas imperiales a países amigos. La mayor parte eran imágenes de Augusto, pero también de la loba capitolina. A la España de Franco le tocaron en el sorteo varias de estas estatuas. Zaragoza, al igual que Mérida y Gijón, obtuvieron la reproducción del Augusto de Prima Porta que se encuentra custodiado en los Museos Vaticanos.

El objetivo era recordar la fundación de la ciudad como Colonia Caesarugusta por las legiones romanas. El representado, Cayo Octavio Augusto (63 a.C.-14 d.C.) fue el primer emperador de Roma y sus legiones III Macedónica, VI Victrix y X Gemina fundaron la capital aragonesa quince años antes del nacimiento de Cristo. La estatua original fue descubierta en 1863, en la villa de Prima Porta. Realizaron la copia los talleres de Sestri-Ponente y se envió por barco desde Génova a Barcelona.

Cuando llegó a la ciudad, Augusto presidió el centro de la plaza Paraíso hasta 1950. A partir de entonces pasó unos años bajo techo, en la casa consistorial, precisamente la época en la que mejor se conservó por estar a cubierto. Aunque está realizada en bronce, el material no es puro, dado que se fundió tras la guerra, en época de escasez, y se tuvo que mezclar con plomo. (Como curiosidad, el vestíbulo del ayuntamiento acoge otra estatua de Augusto, en este caso moderna, de los 70 y del escultor aragonés Paco Rallo).

Pero a Augusto le tocó volver a la calle y se acercó a su hogar actual, junto al torreón de La Zuda, y sobre la muralla. No duró mucho y un nuevo traslado la devolvió a Paraíso. En esta ocasión, sobre un pedestal que imitaba el lienzo de muralla. Ya a finales de la década de 1980, cuando se produjo la última remodelación de la avenida César Augusto, se trasladó a su actual lugar entre la muralla y el Mercado Central sobre un pedestal bajo. La participación ciudadana decidirá cuál será su futuro.