La Confederación Hidrográfica del Ebro ha autorizado la aportación de caudales desde el embalse de Lechago (Teruel) a los regantes de la cuenca del río Jiloca que así lo habían solicitado ante el déficit de caudales superficiales que está sufriendo esta cuenca. Esta actuación obligará a interrumpir el proceso de puesta en carga o llenado en prueba, que se verá ahora «condicionada y suspendida», según informó ayer la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE). Tiene almacenados 7 hectómetros cúbicos gracias a las aportaciones generosas registradas en primavera.

Los regantes de poblaciones zaragozanas como Maluenda, Villafeliche, Morata del Jiloca, Paracuellos y Calatayud fueron los que solicitaron a la CHE que llevara a cabo un desembalse de emergencia del pantano para poder hacer frente a una campaña de frutales endurecida por la ausencia de lluvias desde primavera.

Es el tercer año consecutivo en el que se aportan caudales al río Jiloca para lograr terminar la campaña de riegos, aunque en años anteriores todavía no había entrado en la fase de explotación.

Así, el pasado año se desembalsó a principios de agosto un mayor caudal de agua que el presente año para gestionar el fuerte periodo de estiaje. Hace dos se hizo coincidir uno de los escalones de descarga de la fase de puesta en carga con la campaña de riegos y, de este modo, el volumen de agua desembalsado fue aprovechado por los usuarios de la cuenca «cuando más lo necesitaban, beneficiándose así del embalse de Lechago», indicó la confederación.

La CHE destacó además la utilidad del embalse en la laminación de avenidas, como la vivida a principios del mes de junio en el río Pancrudo y en el Jiloca. Así, gracias al embalse de Lechago no hubo daños en la zona del río Pancrudo aguas abajo del embalse y se minoraron considerablemente los daños en la ribera del río Jiloca.

La Confederación Hidrográfica del Ebro está trabajando en la puesta en explotación del embalse, para lo que «existe un diálogo continuo» con los representantes de las Comunidades de Regantes situadas aguas abajo de Lechago «para avanzar en la gestión y funcionamiento del río Jiloca como cauce regulado».

La CHE subrayó, respecto a la interrupción del proceso de llenado del embalse, que «aprovechar los recursos almacenados en embalses en pruebas de llenado es una medida de gestión y de disminución de las aportaciones naturales» y añadió que estas maniobras «ponen de manifiesto su uso futuro».

Lechago se encuentra en estos momentos en plena fase 1 de puesta en carga terminada y acometiendo la segunda etapa. Actualmente se encuentra al 50% de su capacidad.