Trece expertos se han dado cita este fin de semana en Zaragoza para poner en común sus avances en el estudio de la cultura de los íberos, un pueblo que legó mucho más que los restos arqueológicos y del que su lengua sigue siendo una incógnita sin resolver a pesar de los avances de los últimos años.

Precisamente, este ha sido uno de los ejes de las II Jornadas sobre la Lengua y Cultura Ibérica, que concluyen hoy en la capital aragonesa y en las que también se ha puesto la mirada en las costumbres y mitos de este pueblo peninsular.

Carmen Maymó, quien lleva años estudiando la protohistoria del mundo íbero, ha destacado a Efe que la lengua íbera comparte muchos rasgos con la vasca y "creemos que lo que hoy se llama lengua euskera era lo que se hablaba en todo el territorio íbero".

Para justificarlo, ha aludido a la toponimia de "muchas provincias" y a la existencia de restos vascoíberos "en toda Europa", una tesis que, ha incidido, es apoyada por lingüistas de otros países como Alemania, Francia o el Reino Unido.

Una postura muy cercana es la del estudioso de la lengua ibérica Luis Silgo, doctor en Geografía e Historia, con seis libros sobre la cultura íbera y con más de medio centenar de publicaciones en distintas revistas especializadas.

Para Silgo, se trata de un idioma -"la esfinge íbera", como lo llamó el catedrático de latín de la Universidad de Salamanca Antonio Tovar- que "ha permanecido totalmente impermeable a cualquier intento de intelección".

No obstante, en los últimos 20 años "una labor constante, fatigosa y tenaz de investigación ha conseguido descifrar algo de lo que los íberos escribían", como el "sistema verbal" y otros "elementos significativos, como los numerales".

"Sorprendentemente", ha dicho a Efe, estos últimos "coinciden exactamente" del 2 al 8 "en su forma" con "los numerales del euskera", un idioma con el que hay "sorprendentes afinidades" que, ha aseverado, "no pueden ser debidas al azar", como formas verbales complejas, y "la mera casualidad está totalmente excluida".

Sin embargo, ha matizado que "no significa que el íbero y el euskera sean "la misma lengua", aunque ha incidido en la "gran afinidad" entre ellas, siendo el euskera "una herramienta valiosísima" para lograr "un mayor avance" en las investigaciones de la lengua ibérica.

Las investigaciones actuales han permitido inteligir algunas pocas frases y el actual conocimiento ha podido determinar la clase de documentos de los que se trata, como listas de impuestos, cartas personales o un contrato.

Un avance "inconcebible hace 25 años" pero todavía no se está en disposición " de traducir de corrido la lengua ibérica", algo que "probablemente" no se logre "en muchos años", ha reconocido este experto.

El investigador data el comienzo de la escritura de este pueblo peninsular hacia el siglo V antes de Cristo y "deja radicalmente de escribirse en el mandato del emperador Augusto, hacia el siglo I antes de Cristo.

Esto no significa "que las lenguas desaparecieran instantáneamente", ha advertido Silgo, como es el caso del euskera, el cual "ha resistido los intentos de asimilación".

Silgo acaba de escribir un léxico ibérico en el que reúne exhaustivamente todas las palabras ibéricas conocidas hasta 2014, con una discusión detallada y una minuciosa biografía de cada una, una obra de referencia a la que se puede acceder por internet.

En las jornadas se ha tratado también el legado cultural íbero, desde la toponimia a las muchas formas populares de vida que se han perpetuado, como el instrumental agrícola, que ha sobrevivido hasta la mecanización.

Durante las jornada se ha visitado la localidad de Motara de Jalón cuyo nombre puede derivar de su muitologia, cuyos personajes habitaban "grandes montañas" y "movían grandes piedras", ha señalado Carmen Maymó.