El efecto de la ley antitabaco en los dos años que lleva aplicándose ha sido mínimo en la comunidad aragonesa, al menos en lo que se refiere a la venta de paquetes de cigarrillos. Desde el 1 de enero del 2006, fecha en la que entró en vigor la norma, los aragoneses tan solo han comprado un 1,1% menos de cajetillas de tabaco. A pesar de que este porcentaje es mínimo, según el Comité Nacional de Prevención para el Tabaquismo (CNTP), que apuesta por endurecer más la legislación, la norma actual sí ha tenido su impacto positivo, ya que relaciona el 40% de las ventas a adquisiciones de turistas, que compran en estancos de España al ser el producto más barato que en otros países, o al comercio transfronterizo.

Según el CNPT, que agrupa 35 sociedades y asociaciones científicas españolas, la aplicación de la ley ha supuesto una reducción notable de las cifras de fumadores, consumo global y enfermedades relacionadas con el hábito.

De hecho, en el balance realizado de estos dos años conviviendo con la norma se asegura que el consumo ha descendido en el conjunto del territorio nacional un 10,4%, lo que supone que haya 1,2 millones de fumadores menos.

Para este comité, sin embargo, las inspecciones públicas para que la ley se aplique de una manera eficaz, sobre todo en el sector hostelero, aún son insuficientes, y el precio de las cajetillas, todavía es muy bajo. Según informó la Dirección General de Salud Pública en el balance del primer año de aplicación de la norma antitabaco, la hostelería se presenta como el ámbito que presenta el mayor índice de incumplimiento.

En la comunidad se inspeccionaron en el 2006 un total de 2.755 locales de hostelería y 628 de otros segmentos, y se encontraron deficiencias en 1.549, de los que 1.430 pertenecían al primer sector. En general, el incumplimiento de la norma durante ese ejercicio se situó en el 45,79%, aunque el porcentaje ascendía al 51,91% si solo se tenían en cuenta las prácticas en hostelería.

A pesar de que existen sectores que consideran que el precio del tabaco es todavía muy bajo, el incremento de su coste sí se ha dejado notar en las cifras globales. Los aragoneses se han gastado en cigarrillos un total de 303 millones de euros, es decir, un 11,8% más que en el 2005, a pesar de que el consumo, en número de cajetillas descendió, aunque solo un 1,1%. Esto supone que cada habitante de la comunidad gastó al año 233 euros en fumar, lo que arroja un gasto de 58 euros semanales.

Y es que la venta de paquetes de tabaco tan solo se ha reducido en 1,3 millones de unidades en dos años, una cifra mínima si se tiene en cuenta que se consumieron un total de 122 millones hasta noviembre del 2006, los últimos datos oficiales de los que se dispone.

El consumo ha repuntado desde el 2006, año en las ventas descendieron casi el 3% respecto al 2005. Sin embargo, el año 2007 no ha seguido la misma tendencia, ya que el número de cajetillas vendidas ha vuelto a verse incrementado, aunque de forma lenta: un 1,6% más que al año anterior.