El cura de Borja, Florencio Garcés, de 70 años, fue puesto ayer en libertad con cargos tras prestar declaración en los juzgados de Tarazona como presunto autor de cinco delitos, entre ellos los de apropiación indebida de 210.000 euros y abusos sexuales. La toma de declaración al sacerdote, que duró cuatro horas, coincidió con la detención de cinco miembros de una familia gitana de Borja en relación con el mismo caso.

Estas personas, que fueron denunciadas por el párroco en el curso de la investigación, prestaron declaración ante la Guardia Civil y están acusadas de extorsión, pertenencia a grupo criminal y blanqueo de capitales.

Florencio Garcés manifestó ante la jueza, Nieves Pérez, que había sido víctima de un engaño por parte de la familia borjana, motivo por el que interpuso dos denuncias desde mayo pasado. Al parecer, según fuentes próximas a la investigación, los nuevos detenidos, conocidos en Borja como la familia de Zapato Veloz, sometieron al cura a un chantaje de carácter sexual, con el fin de conseguir dinero.

Esa es, al menos, la versión que circula con fuerza entre los habitantes de la localidad, que sienten un gran aprecio por su párroco y lo consideran incapaz de delinquir.

"CASO DELICADO"

Los miembros de Zapato Veloz, que arrastran un historial de pequeña delincuencia en el Campo de Borja, niegan por su parte que hayan extorsionado al sacerdote y devuelven las acusaciones.

"De momento, no se va a detener a nadie más", señaló ayer una portavoz de la Benemérita. "Es un caso delicado, pero se está llevando con la máxima discreción", añadió la misma persona, que hizo hincapié en que el cura no ha sido esposado en ningún momento.

Asimismo, indicó que se está estudiando el material informático incautado a Garcés, así como las llamadas entrantes y salientes que figuran en su teléfono móvil, que le fue incautado tras su detención el pasado viernes en su casa del centro de Borja, en una operación que llamó la atención de los vecinos.

"La imputación no tiene efectos canónicos, ese es un aspecto que compete al obispado", señaló ayer su abogado, el penalista zaragozano Enrique Trebolle, que explicó que el cura tiene la obligación de presentarse una vez cada semana en el juzgado de Tarazona. Además, manifestó, la jueza ha ordenado que Garcés entregue su pasaporte, en el caso de que posea uno.

"Estamos convencidos de su inocencia", subrayó Trebolle, que repitió que el caso "no tiene nada que ver con el eccehomo", en referencia al cuadro del santuario borjano de Misericordia que dio la vuelta al mundo tras una chapucera restauración.

El secreto sumarial pesa sobre las actuaciones judiciales, que continuarán con la toma de declaración al clan familiar

Ayer, la detención de los Zapato Veloz, cuyas señas no han sido facilitadas todavía por la Guardia Civil, se vivió en medio de cierta tensión cuando sus familiares se acercaron al cuartel de la Benemérita en Borja para pedir explicaciones.

"Pasarán a disposición judicial en un plazo de 24 o 48 horas", indicaron ayer fuentes del Instituto Armado que no dieron datos sobre posibles antecedentes de los sospechosos.