El Ministerio de Agricultura y Pesca, Alimentación y Medio Ambiente (Mapama) ha licitado por 6,46 millones de euros las obras de acondicionamiento de la ladera del estribo derecho de la presa de Yesa. Las obras incluyen la demolición de los inmuebles situados en la ladera y que fueron expropiados en el 2015 por los deslizamientos del terreno, ya que esta quedará vinculada a la explotación del embalse.

Las obras, según publicó ayer el Boletín Oficial del Estado (BOE), tendrán un plazo de ejecución de 12 meses y contemplan apoyar el estribo derecho de la presa, en la zona en la que actualmente se encuentran las edificaciones.

Las actuaciones para la consolidación de la ladera incluyen también la excavación en tierra de la zona y la colocación de taludes estables que impidan el descalce de los estratos y su deslizamiento, así como la revegetación de la ladera para evitar su erosión.

Además se establecerá en coronación una berma para permitir el paso de vehículos de control y mantenimiento, incluidos en las campañas de lecturas de auscultación y mantenimiento de la presa.

Todas estas actuaciones se llevarán a cabo con las medidas preventivas, protectoras y correctoras necesarias para evitar afecciones sobre el medio ambiente.

Con las obras del recrecimiento han reaparecido los problemas crónicos de asentamiento de los estribos de la presa y han surgido nuevas grietas en las laderas, con la consiguiente inquietud de las poblaciones cercanas.

LUCHA VECINAL // De ahí que la lucha vecinal en Aragón contra el recrecimiento de Yesa advierta de que se han incrementado los colectivos y zonas geográficas que pueden considerarse perjudicados por la gran obra hidráulica. Ya no se trata solo de las familias expropiadas en pueblos como Sigüés y Artieda. Ahora también se consideran afectados los descendientes de lugares como Escó, Ruesta y Tiermas, que aspiran a recuperar las casas de sus antepasados.

Asimismo, según la Asociación Río Aragón, también se puede encuadrar a Zaragoza dentro de los que van a verse perjudicados ya que el colectivo afirma que los zaragozanos tendrán que afrontar el sobrecoste del recrecimiento, que de 113 millones ha pasado a 450.

Hace unos tres años, la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) envió un informe al Ministerio de Medio Ambiente en el que admitía que sus obras de excavación a pie de ladera para el recrecimiento del embalse de Yesa eran «concausa» del deslizamiento de la ladera derecha de la presa. Voladuras llevadas a cabo en las inmediaciones o las lluvias figurarían como algunas de las otras causas del movimiento.

El informe solicitaba a Madrid que acometiera la reclamación patrimonial de los vecinos.