--¿Por qué se fue a París?
--El corazón tiene razones que la razón no entiende...
--Vale, creo que ya le he entendido...
--La pintura es sentimiento y el corazón es amor.
--¿Y qué fue lo primero que le impactó allí?
--Esa riqueza cultural que se respira. Esa ciudad es la más bonita del mundo. Me fui con 18 años a hacer un curso de francés y supe que volvería un día...
--¿Le influyó mucho ese ambiente a su creatividad?
--Por supuesto. Yo empecé como mujer financiera en Zaragoza, luego me fui a Italia a hacer un master y cuando llegué a Francia fue revelador: lo primero que hice fue entrar en un taller artístico.
--Dígamelo de otra manera: ¿le afectó a su creatividad?
--Por supuesto, claro. Hay una personalidad que se despierta.
--¿Si se hubiera quedado en Zaragoza hubiera pintado?
--No. Soy consciente de que no hubiera pintado. Te lo repito, hay algo que se despierta cuando llegas a un sitio tan riquísimo. Incluso me dijeron que mi pintura tiene algo de ancestro.
--¿Siempre pintó igual?
--Sí, esencialmente, sí. Es la unión de las dos pinturas, francesa y española. Con ese color, con esa luz, con esa composición. Lo único que te podría decir es que nunca sería una pintora a la moda.
--Jamás una ocurrencia...
--Jamás. La pintura es el ejercicio de una libertad, que dijo Pierre Soulages...
--¿Esos colores son franceses o españoles?
--¿Tú que piensas...?
--Yo creo que son españoles. Los franceses no ponen esos negros...
--Esos negros, claro. Más que color hay una luz; el color es universal, la luz es particular. Mi pintura es mi pequeña ventana española...
--Bueno, pues regrese...
--Por eso he vuelto. Los caminos son de ida y vuelta. Pero es muy importante aprovecharte de dos culturas.
--¿Qué le han dado los franceses?
--Es una buena pregunta porque hay cosas negativas que intento convertirlas en positivas: darle color al lado oscuro. Soy yo el que aporta el entusiasmo.
--¿Le succès est toujours un malentendu?
--Bien sûr: el éxito es siempre un malentendido.
--Lo dijo Brassens. ¿tiene usted éxito en Francia?
--Mira, en París tan solo 50 pintores se pueden ganar la vida pintando. El resto es un malentendido... Porque el resto deberíamos tener un poquito más de éxito.