Cada vez está más claro que el equipo que gobierna a trancas y barrancas el Ayuntamiento de Zaragoza debe colocar a PSOE y CHA ante una moción de confianza. La otra posibilidad es aguantar mecha, hasta ver qué pasa el 26-J, cómo se trenzan los acuerdos que (esta vez sí, asegura Pedro Sánchez) alumbrarán un nuevo Gobierno español... y luego amoldarse a la situación, que ya veremos donde para. Entre tanto, aquí tenemos una situación de traca. Evidentemente ZeC se ha enredado más de lo previsible con todos los conflictos que le han salido al paso. Pero no menos obvio es que la práctica totalidad de dichos conflictos (salvo lo del Pabellón y alguna otra cuestión muy secundaria) le han venido nacidos, criados y crecidos bajo la tutela de otros padres. No es de recibo que ahora dichos progenitores (sobre todo el Grupo Socialista, que gobernó la ciudad los anteriores doce años) se pongan bordes a propósito de cómo vienen sus niños.

Lo de Averly, por ejemplo. Esta semana todos los grupos de oposición (o sea, todos salvo el que gobierna) se lanzaron al cuello de los comunes porque el Tribunal Superior de Justicia de Aragón había desestimado un recurso municipal solicitando la suspensión de la licencia para derribar la vieja factoría. Incluso argumentaron que Santisteve y los suyos tendrían que pagar las costas por el fiasco habido. Hombre... si todo esto viniese de nuevas quizás fuese lógica tan santa indignación. Pero el tema es más peliagudo. Porque si el alcalde y su delegado o consejero de Urbanismo (abogados ambos) no estuvieron muy esclarecidos que digamos a la hora de ir a los tribunales, el asunto que llevaban ya venía muy mal apañado por otros partidos: los que gobernaban Aragón y Zaragoza cuando se coció el lío.

Las naves de Averly (sin duda un patrimonio industrial de alto interés) no estaban protegidas cuando las compró la constructora Brial. Pero después el Gobierno aragonés (del PP-PAR, no se olvide) declaró parte de ellas bienes de interés cultural. La protección no satisfizo a quienes querían conservar todas la instalaciones de la factoría. CHA pidió que la propia DGA comprase Averly. El PSOE, desde el Ayuntamiento de Zaragoza, intentó nadar y guardar la ropa. Las instituciones, en realidad, podían haberse puesto de acuerdo para negociar con Brial una permuta de suelo (allí mismo está muerto de risa el entorno de la antigua Estación de Delicias)... si es que de verdad tenían algún interés en conservar la histórica fundición y montar allí un museo o cosa parecida. Pero unos por otros, aquello quedó colgado.

Venir ahora a echarle el muerto al que acaba de llegar (por muy torpes que sean los de ZeC) es puro y simple oportunismo. Y así no vamos a ninguna parte.