La localidad de Cetina, como cada 19 de mayo, honró ayer a su patrón San Juan Lorenzo con el tradicional baile de la Contradanza, que se celebró en torno a la medianoche y reunió a centenares de personas en la localidad. Como preámbulo a este festejo, documentado desde hace 400 años, se celebró por la mañana el dance infantil, donde ocho danzantes, un mayoral y un zagal participaron en el acto.

El presidente de la Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ), Juan Antonio Sánchez Quero, asistió a la actuación acompañando a los vecinos y al alcalde de Cetina, Hilario González.

La Contradanza se cree que no se ha dejado de representarse ni un solo año en el municipio. Al menos se sabe con seguridad que no ha dejado de hacerlo en los dos últimos siglos, ni siquiera durante la Guerra Civil.

En la gran cita, que tuvo lugar cerca de la medianoche, varios jóvenes bailaron a la luz de las antorchas formando distintas figuras como sillas, camas o tijeras. En el 2012, el Gobierno de Aragón le otorgó el título de Bien de Interés Cultural Inmaterial.

El personaje llamado el diablo es el que dirige el baile con sus palmadas y órdenes. Los participantes en este dance de tradición representan la oposición entre el amor y el odio, mientras que cada sector de la población desempeña una función.

«La culminación de la Contradanza se realiza con la escenificación de La pantomima del barbero, en la cual tras la muerte del diablo se realizan caramulletas o volteretas, matan al diablo, pero después lo lloran, lo pasean y resucita», explica el Gobierno de Aragón en su página de Patrimonio. La música se acelera después para finalizar la Contradanza al grito de ¡Viva San Juan Lorenzo!.

La indumentaria es una de las características más significativas: casaca y pantalón negro con adornos blancos algunos, mientras que el diablo va de rojo.