--Celaya achaca el déficit de profesionales a la jubilación forzosa impuesta por Oliván. ¿Usted que cree?

--Aquello fue una chapuza que dificulta el funcionamiento de la sanidad y ahora está quedando claro. La medida se adoptó por el anterior Gobierno con el único y exclusivo ánimo de ahorrar dinero. Se jubilaron alrededor de 200 médicos el primer año. De los 100 --aproximadamente la mitad del total-- que no se repusieron, se pudo ahorrar unos 10 millones de euros al año en salarios más seguros sociales y demás. Hay que tener en cuenta que los sueldos de los médicos más veteranos son los más altos de toda la Administración pública. Eso, además, supone que para las arcas de la tesorería de la Seguridad Social hubo una pérdida de 6 millones porque cada uno de estos médicos podría pagar al año unos 30.000 en impuestos.

--¿Cómo califica la situación actual en los hospitales?

--Los estímulos de contratación de médicos van perdiendo interés a lo largo de los años. Se ha perdido atractivo profesionalmente desde el punto de vista laboral y económico y las plazas difíciles de rellenar se han convertido ahora en imposibles. Por ejemplo, que falte media plantilla de traumatólogos en Calatayud hace muchos meses supone un agujero espantoso porque, además, contribuye a aumentar la lista de espera en el resto de hospitales. Por eso, la situación es preocupante.

--¿Aprueba el aplazamiento de la jubilación en seis especialidades?

--Es un parche y una falta de respeto a los profesionales. No puede ser que ahora se jubilen unos y al año siguiente otros en las condiciones que ellos quieren. Se trata de la inestabilidad de siempre porque nadie ha planificado nada. Dicen que están preparando un plan de recursos humanos, pero eso es muy difícil de hacer. Lleva mucho tiempo porque esto es un sistema público en el que el acceso y la contratación son públicos. Hay que poner un suspenso a todas administraciones centrales y autonómicas que, durante estos años, no han dado ni golpe. Y, ahora, esta medida de Celaya puede tener algún efecto o ninguno, pero, personalmente, dudo de que sea una solución más que cosmética. Improvisación porque nadie planifica y falta de respeto a los profesionales. Esas son mis críticas.

--¿Por dónde pasa pues la solución, además de por la planificación?

--Hay que incentivar a los profesionales. Hace más de dos años que se les debe la carrera profesional pero el Gobierno está intervenido y no hay dinero. Hay que pagarles bien y tener plantillas cubiertas para que estos puestos difíciles se cubran. No puede ser que para médicos de hospitales haya 800 puestos ofertados para un traslado y, sin embargo, para la próxima OPE --Oferta de Empleo Público-- se convoquen 145 plazas. ¿Qué pasa con las restantes? Eso nos gustaría saber.