La Audiencia de Zaragoza juzgó ayer a cuatro jóvenes de la capital aragonesa por, supuestamente, dedicarse a la distribución de droga en la ciudad, especialmente, de speed (anfetamina). Del total de procesados, solo uno de ellos, J. C. T. se hizo resposable de los 40 gramos de esta sustancia que la Policía Nacional encontró en el interior de una mochila. Fue cuando salía junto a V. P. M. -que se desmarcó del asunto- de la casa otro de otro, J. M., que estaba siendo vigilada por los agentes.

Ambos procesados negaron que en dicho domicilio se vendiera speed y alegaron que estuvieron aquel día juntos porque son amigos y, en concreto, J. C. T., necesitaba hablar tras haber discutido con su entonces pareja, la acusada N. M. - que dijo no saber nada-. J. C. T. asumió que la droga era suya pero para autoconsumo y que los 3.000 euros que llevaba encima eran «de una herencia, no del speed». Cuando fue preguntado por el fiscal sobre por qué le encontraron un libro con anotaciones de nombres y hasta los gramos, dijo que era lo que debía. Cada uno de ellos se enfrenta a 5 años de prisión.