Las ocho personas acusadas de agredir a la Guardia Civil en el curso de una concentración contra el recrecimiento de Yesa celebrada en octubre del 2012 en Artieda, manifestaron ayer unánimemente ante el tribunal que les juzga en Zaragoza que en ningún momento se comportaron violentamente.

"Nunca ha habido por nuestra parte ni un ápice de violencia", manifestó entre sollozos Miguel Ángel Palacín, agricultor de profesión, que, como el resto de los procesados, se enfrenta a penas que oscilan entre los dos y los seis años y medio de cárcel por un delito de atentado y otro delito o falta de lesiones. Las indemnizaciones ascienden a 22.000 euros. Los defensores, José Luis Lafarga y Gema Garreta, solicitan la absolución.

"A los 10 días, ya estaban las máquinas en los campos, pisando los trigos y todo", añadió Palacín, que de este modo recordó que los incidentes se produjeron con motivo de la llegada de funcionarios de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) a notificar el levantamiento de las actas para expropiar 60 hectáreas para hacer una carretera de acceso a las obras de la controvertida presa del embalse de Yesa.

De hecho, todos los acusados, sin excepción, subrayaron que se trató de una manifestación "pacífica" en la que intervinieron más de cien personas, en su mayoría vecinos de Artieda y miembros de entidades contrarias a la construcción de pantanos. La versión que dieron de los hechos fue muy distinta de la que mantienen el fiscal y el acusador particular, Mariano Tafalla, que sostienen que los concentrados se negaron a apartarse de la estrecha carretera local donde exhibían pancartas contra el recrecimiento y "contra unas expropiaciones injustas".

VÍDEOS DEL INCIDENTE

Las acusaciones basan su versión en los vídeos del incidente, que ayer fueron visionados en la sala, y en el testimonio de 15 agentes lesionados que comparecerán como testigos el próximo 1 de junio. Las dos sesiones de la vista oral están tan separadas debido a problemas de agenda del juzgado.

"La Guardia Civil se acercó con paso decidido y empezó a golpearnos", dijo el acusado Arriel Domingo en referencia al pelotón del Grupo de Reserva y Seguridad, con base en Ejea, que trató de disolverlos. El acusador particular mantuvo que, cuando los agentes antidisturbios entraron en contacto con los manifestantes, estos "le quitaron el escudo y el casco" a uno de ellos y "lo apalearon".

Entre los que se sentaron en el banquillo figura el exdiputado de Podemos por Huesca y candidato a la reelección Jorge Luis Bail, que se enfrenta a dos años y medio de cárcel. "No pegué a nadie, va contra mi naturaleza", dijo el político, que mantuvo que no oyó los tres avisos de megafonía para que los manifestantes despejaran la calzada, punto en el que también coincidieron todos los acusados.

TUMULTO

Chema Royo (seis años y medio de petición) negó que hubiera golpeado a un agente con una cruz, mientras que Álex Ubieto señalo que "lo único" que hizo fue evitar que le golpearan. Javier López Ripalda sostuvo que cayó al suelo en el encontronazo con los guardias civiles, que se quedó sin gafas y que ya no vio nada. "No golpeé a nadie en ningún momento", agregó.

Sergio Palacín Ripalda dijo que no solo no pegó a nadie, sino que además, "en algún momento" tuvo "problemas para respirar" en el tumulto que se produjo en la carga del Grupo de Reserva y Seguridad.

Dos expertos en imagen que comparecieron como peritos aseguraron que los cuatro vídeos de la carga, uno de ellos de la Benemérita, no están manipulados y reflejan realmente lo sucedido. Estas grabaciones figuran en la causa en calidad de prueba.