Las 59 familias desalojadas de las urbanizaciones Lasaitasuna y Mirador de Yesa, a principios de febrero, por el deslizamiento de la ladera derecha del embalse, sabrán "antes del 21 de junio" cuándo podrán volver a sus casas. Así se lo comunicó la Confederación Hidrográfica del Ebro el pasado jueves, en una reunión mantenida en Zaragoza, según explicó ayer una de las afectadas, Cristina Igoa. En una reunión parca en información, los responsables de la CHE comunicaron a los vecinos este plazo límite para dar a conocer la fecha --un paso adelante, en cualquier caso, respecto a la incertidumbre sobre si podrían o no regresar--, pero no solucionaron otros enigmas. "Por ejemplo, qué pasará con las nueve familias cuyas casas han sido declaradas en ruina, o con el arreglo de las calles y las carreteras", explicó Igoa.

Los afectados permanecen en casas de alquiler de Yesa, sufragadas por la CHE, desde el pasado 8 de febrero, cuando el deslizamiento de la ladera obligó a desalojar las dos urbanizaciones próximas al embalse. Desde entonces han pedido al organismo de cuenca información sobre el estado de los movimientos y las obras del embalse, pero no son los únicos que no la han recibido.

De hecho, ayer mismo la asociación Río Aragón volvió a pedir a través de un comunicado la dimisión del presidente de la CHE, Xavier de Pedro, por la falta de información que, aseguran, mantiene el organismo. Los responsables de la asociación remitieron en febrero, coincidiendo con el deslizamiento, una solicitud para que les informasen de las actuaciones de acondicionamiento, entre otros extremos. Tres meses después, no solo no han recibido estos datos sino que no han tenido comunicación alguna de recepción de la solicitud por parte de la confederación.

El propio alcalde de la localidad navarra de Sangüesa, Ángel Navallas, solicitó también ayer a "los organismos competentes" que faciliten información sobre el estado del embalse, según recogió Efe. El primer edil transmitió una postura de "relativa tranquilidad" a los vecinos respecto al peligro del pantano, ante las recientes declaraciones del geólogo de la Universidad de Zaragoza Antonio Casas sobre la necesidad de evacuar la población.