Los antiguos trabajadores de Autobuses Urbanos de Zaragoza se han puesto manos a la obra. Con sede en una sala de la parroquia de San Agustín, ayer tuvieron su primera asamblea organizativa en la que poner en común diferentes ideas para seguir haciendo ruido en la ciudad en contra de los 153 despidos. Para empezar, el miércoles cambiarán el escenario de sus concentraciones y, en lugar, de reunirse en cocheras, lo harán en las oficinas del Servicio Aragonés de Mediación y Arbitraje dado que la empresa y el comité están citados para negociar, de nuevo, el convenio colectivo. No llevarán pancartas ni consignas para evitar que la Policía Nacional les obligue a abandonar la zona. Los conductores y personal de oficinas también han acordado montar un puesto informativo permanente en un banco de la plaza Aragón. Los permisos ya los tienen, es cuestión de tiempo que lo pongan en marcha. Hoy comenzarán a preparar las octavillas y documentos informativos y formarán los grupos de trabajo. Quieren llegar a todos los barrios y para ello informarán del servicio actual comparándolo con el que se prestaba antes de la reordenación mostrando las repercusiones. También, tienen planeado montar una caravana de coches por el centro.