Los médicos de familia abordarán a lo largo de esta semana --previsiblemente mañana-- las medidas a llevar a cabo como respuesta a la aplicación de la ampliación de jornada y al adelanto al último sábado del 2012 del cierre de centros los sábados por la tarde.

El sindicato Fasamet estudiará, en una reunión, la posibilidad de convocar una huelga como protesta por la forma en que el Departamento de Sanidad ha impuesto la aplicación de las 37,5 horas semanales, ya que percibe un "trasfondo político para cambiar la gestión de la sanidad, cerrar centros o reducir plantillas de cara a hacer el modelo inviable para justificar la externalización de los servicios, eso sí reduciendo los costes, especialmente los de personal y empezando por los médicos".

Incluso, los profesionales de Atención Primaria hicieron, antes de Navidad, un llamamiento a la "desobediencia civilizada" a las órdenes del Salud.

La confrontación surge a raíz de la decisión del Salud --rechazada por todos los sindicatos con representación en la mesa sectorial-- de establecer una jornada para Primaria comprendida entre las 8 y las 17.00 horas y que la Atención Continuada pase de 17 a 8 horas de lunes a viernes en los equipos de Atención Primaria rurales.

Así, la jornada ordinaria en Atención Primaria, en turno de mañana, es, a partir de ahora, de 8 a 15.00 horas tres días a la semana, de 8 a 15.30 horas otro día y de 8 a 17.00 horas el restante, mientras que, en horario de tarde, se trabaja cinco días de 13 a 20.00 horas aunque en uno de ellos se empieza a las 10.30 hasta las 13.00 para completar 9 horas y media seguidas. El sindicato expone que el Salud tiene previsto que la Atención Continuada en centros rurales comience a las 17.00 horas y se preguntó "¿Quién cubre la atención continuada de 15 o 15.30 h. a 17 horas en el centro de salud rural?".

Fasamet, que ya anunció "medidas duras y contundentes" en caso de que desde la gerencia del Salud "no se dé un giro total", ha decidido romper cualquer diálogo con el Salud y limitarse a "cumplir estrictamente con el reglamento y no facilitar esfuerzos adicionales".

En este sentido, el sindicato también se planteará en las próximas horas la posibilidad de solicitar la paralización cautelar de la orden que regula tanto la nueva jornada laboral como los horarios de apertura de los centros. De hecho, sus servicios jurídicos ya estudian la opción de impugnar esa orden al considerar que no ha habido negociación previa. El malestar alcanza a su aplicación el último sábado del año 2012 tras ser publicada en el BOA apenas unas horas antes, "cuando nos habían dicho que iba a hacerse a partir de enero", esgrimieron desde el sindicato, que denunciaron la "desorientación" causada en los centros por este hecho.