Un grupo de 18 ecologistas con vocación circense procedentes de once países distintos se lanzaron el pasado día 26 al río Ebro a lomos de tres pintorescas balsas ingeniosamente construidas con materiales desechables. A su intención de entretener se sumaba el objetivo de concienciar a los vecinos de los pueblos situados entre Zaragoza y Caspe sobre "la cantidad de residuos que generamos, nuestros patrones de consumo y el valor del reciclaje", indica Anthony Hiron, fundador de la flotilla, bautizada como Junk Raft Armada (JRA).

Navegan en esas balsas fabricadas en Ca La Fou --una colonia cooperativista con moneda propia situada en Cataluña-- "para poner en práctica el upcycling (sobreciclado) y demostrar, con hechos tangibles, que "existen formas innovadoras y sostenibles de reutilizar lo que se considera basura", explica Helena Sheridan, una integrante procedente de Suráfrica.

Los vecinos responden voluntariamente cediéndoles todo tipo de avituallamiento. Las charlas ecologistas se entremezclan con actuaciones, malabares, canciones con ukelele o juegos con monociclo. Tal como indica el inglés KitJonson, "el objetivo es hacer cumplir el mensaje ecologista mientras entretenemos".

El periplo naval transcurre desde Zaragoza hasta el huerto de Bacón (cercano a Caspe), aunque hace apenas una semana el plan era algo más ambicioso: "En un principio íbamos a salir desde el Bocal (Tudela) pero hubo problemas con una presa y de financiación. Así que optamos por el camino más fácil", reconoce el biólogo Pablo Gómez, de 35 años, uno de los dos únicos integrantes españoles de la JRA.

El pasado miércoles dejaron el primer y único pueblo que han visitado, El Burgo de Ebro, del que guardan un grato recuerdo: "La gente de allí se ha portado de modo excelente con nosotros. Gracias a la intervención del alcalde y algunos concejales pudimos saltar la presa de Pina y continuar nuestro camino", afirma Gómez. Uno de los concejales, Agustín Pintado, coincide con el activista español al calificar de "muy satisfactoria" la experiencia que estos "hippies del siglo XXI" han hecho pasar al pueblo.

"Esperamos que esta amabilidad también se dé en el próximo pueblo". Hiron, el fundador, se refiere a Pina de Ebro, la parada prevista para hoy. Hasta su llegada a Bacón, a estos ecopiratas todavía les quedan 110 kilómetros.