El sindicato de riegos de Miraflores llevará a la junta que celebra hoy el informe jurídico y técnico de las condiciones que deberán regir el futuro suministro de aguas para salvar al soto de Cantalobos, en donde un tercio de su arbolado ya ha muerto. El Gobierno de Aragón ya ejecutó las obras necesarias para recuperar el antiguo escorredero de Montoya y canalizar la tubería. Pero el problema fundamental, tal y como insistió ayer el presidente del sistema de riegos, Antonio Casorrán, "es saber quién paga el agua".

Las denuncias conservacionistas del lamentable estado en que se encontraba este soto de la ciudad --por la falta de riego durante años y la sequía-- obligó a tomar cartas en el asunto tanto al Ejecutivo aragonés como al ayuntamiento para que este enclave natural protegido no muriera. Así, la DGA se comprometió con las infraestructuras y el consistorio se ha comprometido a proporcionar el sobrante del canal.

Pero los ecologistas de Ansar mostraron ayer su preocupación porque el agua sigue sin llegar y está a punto de llegar el verano. "No entendemos por qué los regantes obstaculizan ahora la solución del problema", lamentó Ismael Sanz, de Ansar (Asociación Naturalistas de Aragón).

Sin embargo, los regantes contestan que esperaban los informes --que recibieron ayer-- para poderlos presentar a la junta. "Las cosas hay que hacerlas bien para que luego no haya ningún lío. Y el caso es que el ayuntamiento cede un canon que aparece en litros de agua, mientras que nuestro sistema de riegos lo cuenta en forma de hectáreas de riego. Por eso hemos pedido a los expertos que nos lo traduzcan", explicó Casorrán. Los ecologistas lanzaron el verano pasado un SOS por el soto de Cantalobos. "Las últimas crecidas no han anegado el soto, porque se necesita que el Ebro baje con unos 1.300 metros cúbicos para ello. Y tal cantidad hace años que no se da".