La factura que debe asumir el Ayuntamiento de Zaragoza cada año por el consumo que supone tener funcionando 24 horas sus 14.000 semáforos asciende a "unos cinco millones de euros", una cuantía a la que se intenta poner freno. La solución, básicamente, está en la sustitución de la iluminación tradicional por los leds, que permiten una mayor visibilidad de los colores pero, sobre todo, que consiguen un ahorro cercano al 25%. El consistorio estima que "cuando estén todos instalados se logrará reducir el coste del consumo en 1,2 millones de euros al año. O lo que es lo mismo, casi 3.300 euros al día.

De momento, el número de semáforos en los que ya se ha aplicado el cambio representa el 80% del total. Cualquier avería o incidencia puntual, se ha aprovechado para sustituir la bombilla por los leds y seguirá haciéndose a lo largo de este año, ya que, según fuentes oficiales del área de Servicios Públicos, "en diciembre se habrán sustituido todos y el ahorro se hará efectivo ya para el 2011". Las mermadas arcas municipales lo agradecerán.

Pero el consumo no llega solo de la señalización para los vehículos. También influye la de los peatones y las novedades que se han incorporado desde el 2009, como los contadores de tiempo que indican los segundos que restan para poder cruzar un paso de cebra. "Ya hay 22 instalados", en vías principales de Zaragoza, y está previsto colocar "doce más durante este año". Su utilidad es indiscutible, sobre todo en calzadas de más de seis carriles de circulación o de un intenso tráfico diario.

66 CÁMARAS Además del consumo, Zaragoza ha tenido que adaptarse a un tráfico más exigente y más complejo en diferentes zonas de la ciudad. Tanto ha cambiado que, por ejemplo, el Centro de Control de Tráfico, cuando se creó en 1989 vigilaba y gestionaba un total de 150 cruces urbanos. Ahora, 21 años después, se lo hace con 500. Más del triple de intersecciones, algunas porque se han creado y otras porque se ha mejorado el control, en dos décadas que suponen dar "cobertura al 99% de los que existen en realidad". El 1% restante correspondería a zonas industriales o con un tráfico muy escaso. Eso sí, no quiere decir que no haya señalización, simplemente que no se dispone de un control instantáneo de ese punto concreto.

En la situación contraria estarían, por ejemplo, aquellos viales que cuentan con cámaras de vigilancia del tráfico instaladas en los mismos báculos de los semáforos. Hay 66 en total repartidas por la ciudad y algunas de las nuevas avenidas que se han creado, como la de Ciudad de Soria, ya cuenta con una de ellas.

Pero la aparición del tranvía supone hacer un punto de inflexión y acudir a un nuevo sistema de regulación semafórica que nada tiene que ver con las últimas dos décadas. Un modelo para el que, por ejemplo, ya no se utilizarán las acometidas tradicionales. Un total de 52 kilómetros de fibra óptica permitirá su funcionamiento con menor coste para su instalación, y también para su mantenimiento.